Capitulo 4. Su aroma.

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El oji oliva se movía de manera desesperada por toda la amplitud de su habitación, había pasado su celo solo con su mano consolando a su amigo, se sentia cansado de no poder tener al Omega rubio cerca, de verlo, tocarlo, y sobre todo sentirlo de verdad que anhelaba eso; se sentia ansioso y desesperado.

Se sentó en la ventana a la espera de poder apreciar aquella reliquia que quedaba lejos al alcance de sus manos. Abrió la ventana para respirar aire puro; pero sus fosas nasales se invadieron de un aroma a vainilla y miel, dulce pero suave con un toque de canela que encantaba, asomo su cabeza afuera de la ventana para ver al o portadora de un olor tan exquisito.

Sus ojos se abrieron como platos a ver al rubio por qué el que llevaba meses suspirando jugar con su hermana menor en la cera de su casa, el corazón de Shawn se volcó y sus manos comenzaron a sudar.

"Estás aquí". Susurro para si mismo.


























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