Capitulo 21. Más allá de una venganza.

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Pasó sus delicados dedos por el mueble, nada, no buscaba nada, ni polvo y mucho menos algún tipo de suciedad. Era una manía, una de hace muchos años desde que conocía a Shawn; volvió a realizar la misma acción cuando paso por la mesa de trabajo del alfa. La habitación estaba plagada de su aroma, no le sorprendió, seguramente después de su huida el alfa había quedado mal y solo pasaba en su habitación. Seguía sin sorprenderle, camino con sutileza hacia la cama de este y se dejó caer, vio la habitación detalladamente.

Había cambiado, vaya que si; llevaba 5 años lejos de Canadá, de la familia Mendes y de Shawn.

Se había ido una noche de noviembre como si nada de lo que dejaba en Canadá valiese la pena. Se iba a casar con Shawn y por fin uniría la jugosa fortuna que su abuela le habia dejado con la exhuberante fortuna de los Mendes. Pero eso nunca paso, ella se escapó con quién creyó que era el amor de su vida.

Lauren, era una estadounidense hermosa; sus ojos verdes eran como exquisitos, una obra de arte en un lienzo bien estructurado. Sus labios tenían la proporción perfecta, sus mejillas regordetas dándole un toque de ternura pero aún así su apariencia era peligrosa y seductora. Era una alfa hermosa.

Se habían conocido en una fiesta, fiesta a la que tuvo que acudir sola por qué Shawn había entrado en su celo. Ambas alfas se encontraban en la barra donde Lauren invito un whiskey en las rocas a Camila y de ahí surgió una amena conservación. Solo eso de momento.

Luego, días después se volvieron a encontrar, en una pasarela solo que está ves Shawn la acompañaba pero aún así disfruto de Lauren, y sin más rodeos intercambiaron números de teléfono y siguieron en contacto.

Los encuentros de cenas y pequeñas fiestas eran la unión perfecta para que ambas alfas se reencontrarán como querían, y de tantas veces que se veían la química hizo su efecto, la atracción contribuyó y las copas que en ningún momento fueron de más, sellando así el deseo sexual que habia surgido a un inicio.

Había sido de las mejores sesiones de sexo que Camila había tenido. Nunca creyó que un alfa la podría hacer sentir como Lauren lo logro; y ahí fue cuando inició lo peor de todo: el deseo se convierte en entrega y la entrega se convierte en poder...

Camila de había emprendado de Lauren como nunca, ¿Y Lauren? Bueno ella gozaba del sexo sucio y salvaje que tenía con Camila, pero era eso solamente; solo sesiones de sexo complaciente. Y Camila sabía que eso era todo pero si corazón quería más y eso la llevo a dónde estaba ahora.

Vio cada detalle de la habitación de quién hace 5 años había sido su pareja, y era gracioso vaya que lo era, porque en realidad jamás amo a Shawn, todo había sido interés un bien que justificaba a los medios de una manera estúpidamente graciosa.
Vio que ya no había nada que la enlazará con el chico, y le alegro de una o otra manera eso la hacía sentir bien, ella no quería que Shawn aún la siguiese amando no de la manera en la que el lo hacía, y eso le daba remordimiento y vaya que su consciencia le recordaba lo que había hecho, pero eso no era todo. El motivo de su regreso era lo que la hacía sentir mal, pero de todos modos merecía ese castigo de una o otra manera lo merecía.

Se levantó, camino hacia la mesa de trabajo de Shawn y busco aquella agenda pasta negra que el alfa usaba, ahí anotaba la mayor parte de pensamientos que tenía; Camila lo sabía habían Sido 3 años de relación y conocia bien al alfa, y sabía lo que significaba leer ese libro.

Comenzó a ojear floja mente cada página, hasta que llegó a una en medio de todo; era un dibujo, uno bien elaborado de esos donde Shawn se esmeraba por qué todo saliera perfecto y vaya que lo había logrado. Era una obra maestra.

Era un chico, sus orbes celestes le llamaron la atención y se dió cuenta que no solo eso era lo hermoso del chico, desde sus facciones aniñadas hasta sus labios delgados pero con una delineación perfecta. Era encantador, un éxtasis de deleite ante la vista de alguien.

Camila quiso husmear más entre los nuevos secretos del alfa, pero ese no era su objetivo está ves. Posiblemente si, había llegado con la ridícula excusa de regresar con Shawn y enmendar todo su desastre.

Mentiras y patrañas. Ella no había regresado a Canadá para nada de eso, ¡Dios! Había logrado todo lo que quiso sola, era una de las mejores cantantes del milenio y eso le daba mucho no necesitaba de una unión de fortunas como en aquel tiempo. Ahora había un sentimiento más insano y vil que la había hecho regresar a Canadá.

Venganza...

Si, estaba planeado detalladamente la caída de la familia Styles y Mendes. ¿Por qué?, Bueno interesante pregunta.

Escucho como la puerta de la entrada era abierta y decidió salir de la habitación sin dejar ningún rastro de su presencia en ella, los Mendes habían salido en busca de Shawn por si extraña salida cuando vio a Camila, otra cosa que no le sorprendió en lo absoluto. Infantil pensó.

Se dirigió a su cuarto, donde comenzó a vocalizar, quería evitar que sospecharan algo.

"¡Camila!". Escucho su nombre a lo lejos, era la voz de Aaliyah, la menor venía subiendo las gradas, la alfa solo siguió el leve aroma de la menor hasta que está ya estuvo enfrente de la puerta y tocó de manera sutil para pedir permiso de entrada.

"Pase." Camila vio a la menor asomar su pequeña cabecita y meter su delicado cuerpo.
"¿Pasa algo Aaliyah?."
Pregunto Camila al ver la cara de preocupación de la menor.

"Oh no, solo que no encontramos a Shawn." Declaro la menor.

"Oh vaya, entiendo. Pero no te preocupes ya vendrá, por qué mejor no lo esperamos en la sala mientras vemos la tele Aaliyah, ¿te parece?." Camila no quería hacerles daño, pero en realidad debía y tenía que.

"Claro Cams, vamos." Y juntas bajaron a la sala donde hicieron lo acordado.

Todo esto sería un desastre luego, pensó Camila...








































































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