Capítulo 3.

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Era una carta de mi madre, decía:

'Alice, cariño, soy tu madre Vanessa, quería decirte que me he ido de casa para siempre porque tengo que rehacer mi vida con otra persona, pero que sepas que a tu padre nunca lo voy a olvidar, te lo digo por aquí por que me era más fácil, si quieres dinero lo tienes en mi cuarto en el armario, quiero que trabajes en algún sitio, dónde sea y perdón por dejarte así, nunca vas a saber dónde estoy, no quiero que lo sepas, me he cambiado de número para que no te contactaras conmigo, lo siento por abandonarte, pero necesitaba alejarte de mí. Ten cuidado por allí.

                               Te quiero, Alice.'

Rompí a llorar, madre mía, la que me espera ahora, llamaron a mi móvil, me limpié las lágrimas y ví la pantalla, era Matt, contesté.

-Hola -dije sin ganas de nada.

-Alice? Qué te pasa? Estás llorando? -preguntó procupado.

-Matt, te necesito, por favor, ven a mi casa -dije en sollozos.

-Voy pequeña -dijo nervioso.

Minutos después llamaron a la puerta y abrí y me lanzé en sus brazos y él me correspondió. Entramos y nos sentamos en el sofà negro de cuero.

-Pequeña, que te ha pasado, me tienes procupado -me dijo él.

Me levanté, cogí la carta de la mesa y se la entregué. Él empezó a leerla y cada vez abría más la boca.

-Eh, pequeña no llores, yo te voy a cuidar cómo una princesa, porque lo eres, así que levanta la cabeza que se te cae la corona -dijo él.

Sonreí un poco y me beso en la comisura de mis labios. En esa carta mi madre me había demostrado que no me quería, así que me limpié las lágrimas, no merecía llorar por ella, Matt me acompañó a la habitación, quería dormir. Por cierto me había dicho que estaba muy guapa con el nuevo look. Fuí al baño a cambiarme el pijama y salí y allí estaba él sentado en la cama, me acosté.

-Pequeña me tengo que ir, tengo cosas que hacer, cuando termine, me paso por aquí, vale? -me dijo.

-Vale -respondí sosa.

Él me dió un beso en la frente y se fue, oí la puerta cerrar y a los pocos minutos después me dormí.

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Dos meses después.

Desperté al oír el teléfono de casa, me levanté rápidamente, bajé y lo cogí.

-Sí? -pregunté.

-Hola, tú eres Alice, no? -preguntaron.

-Si, y usted? -pregunté.

-Soy Jenna, he visto por internet que buscabas trabajo, sé que eres un poco joven pero puedo ofrecerte una oferta -me dijo la chica.

-Oh, claro, dime -dije un tanto feliz.

-Mira, yo soy jefa de una empresa más exitosa de toda Inglaterra y necesito a alguien que me ayude, te pagaría al mes unos 2,000£ o más, no sé si querrás o que per...-la interrumpí.

-No no no, claro, acepto, da igual lo pequeña de edad que tenga, puedo hacerlo, además necesito dinero -dije rápidamente.

-Muy bien, quedamos esta tarde a las 18:00 en el 'Mary's cafés'? Necesito saber más de ti -me dijo.

-Vale, oye, muchas gracias -le agradecí.

-De nada cielo, nos vemos ésta tarde -se despidió.

-Adiós Jenna -me despedí.

Sonreí. Éstos dos mesos han sido muy divertidos junto a Jessie, te saca una sonrisa de oreja a oreja que no te lo puedes ni creer, de Matt no sé nada, no me importa. Que qué ha pasado? Le pillé diciéndole a un amigo que yo era una perra, y no iba a consentir que ese gilipollas me dijera eso, así que fuí a donde estaba él y le dí una ostia que se quedó sorprendido, él se lo ha buscado. Y me fuí. Vivo en el mismo lugar, fuí al armario de la habitación de mi madre donde me había dicho que estaba el dinero y me encontré con un millón de libras. Había mucho dinero, no podía gastarmelo todo, pensé un rato sobre lo que haría y decidí que la habitación de mi madre fuera una sala de gimnasio, quería adelgazar un poco y cambiar yo misma. Y así fué, obraron durante un mes y unos días y la pintamos Jessie y yo y quedó impecable. Compramos cinta de correr, esto, lo otro y muy bien, me había gastado 10.000£, me quedaba mucho aún y me hice un vestidor para mí, me gasté 6.000£ y me fuí a comprar ropa con Jessie, ella decía que el dinero está para gastarse y le hice caso. Luego de comprar la ropa y compré comida que me hacía falta. Jessie me ayudó y lo cargamos en el maletero de su coche, y lo llevamos a casa, lo ordenamos todo. Y el resto de los días me lo pasé estupendamente bien, que si fiestas que si eso que si lo otro. Hoy estamos a 9 de agosto, quedaba un mes para mi cumple, haría 17.

Llevo bien eso de estar sin mi madre, he conseguido olvidarla un poco, aunque me ha sido difícil. Eran las 12 y tenía hambre, así que hice la comida. Hice puré de patatas, era mi favorito, me encanta y cuando terminé, dejé todo lo sucio en el lavajillas y lo puse en marcha. Luego subí a acostarme un rato hasta que fuesen las 16:30, me puse a ver 'Sexo en Nueva York'. Me puse el despertador en el móvil por si acaso me dormía o algo.

Me desperté por el despertador, miré la hora, 16:30 exactos, me levanté con pereza y me fuí a ducharme. Cuando termine me sequé y y me vestí con unos pantalones vaqueros largos pitillo, unas sandalias con brillantes y una camisa de manta corta simple, me hice una trena de 4, me maquillé y me miré en el espejo.

-Perfecto -me dije a mí misma.

Miré la hora, 17:18, creo que es hora de salir, ya que tengo que ir andando y me tomo media hora, cogí las llaves, el móvil y el dinero y salí.

Llegué a la cafetería donde me había dicho ella y me senté en una mesa.

-Señorita, desea algo? -dijo un camarero.

-Estoy esperando a una persona, cuando venga ya pediré, gracias -contesté.

-De acuerdo -finalizó él.

Después de cinco minutos, llegó la chica llamada Jenna, yo realmente estaba nerviosa, no sabía como reaccionar, ella me dijo que deje los nervios hacia un lado, que no va a hacerme nada.

-Bueno Alice, que me cuentas? -dijo ella sonriendo.

Le conté toda mi vida, me dijo que era una persona de fiar, al principio dudé pero luego se lo conté, a veces se quedaba sorprendida, otras veces hacía una mueca, y le dije que eso ya es pasado, que no había problema a la hora de contarlo.

Pedimos un té, Jenna tenía 21 años, era joven y me dijo que ella ya me explicaría cómo se hacía, hoy era miércoles y el lunes que viene empezaría.

-Oye Jenna, gracias por todo, enserio -le agradecí.

-De nada cielo -me respondió.

Jenna era morena con ojos marrones y era guapa. Nos despedimos, ella insistió en llevarme a casa, al final acepté, llegamos.

-Oye Jenna, entras a casa y de paso la ves? Podrías quedarte a cenar si quieres.

-Bueno, vale -respondió sonriente.

Aparcó el coche y entramos, le enseñé la  casa y dijo que era muy bonita. Luego eran casi las nueve y pedimos pizza para cenar, estábamos conversando hasta que sonó el timbre. Fuí a abrir la puerta y era el repartidor de pizza, le pagué y se fue. Dejé la pizza en la mesa y saqué dos vasos y dos platos. Terminamos de cenar, limpié todo y Jenna ya se iba, que tenía que ir a por su hermano pequeño, que estaba en casa de un amigo.

-Vale, ya nos vemos Jenna -me despedí y nos dimos dos besos.

-Vale cielo, hasta mañana si Dios quiere -sonrió y se fue.

Subí a mi habitación, me puse el pijama, deshice la trena y me hice una coleta. Me acosté, apagué la luz y luego de un rato me dormí.

Las apariencias engañan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora