Despertar nuboso
Eren sentía pesados los párpados y todo el cuerpo le dolía. El calor abrasador siempre presente, mas en ese instante había aminorado y por fin podía respirar. La palma sobre el pecho le otorgaba esa paz tanto física como mental. De alguna forma sabía que se trataba de esa persona.
Con un quejido trató de moverse en un intento para desentumirse. No quería volver a pasar por el suplicio que fue tener las llagas en la espalda. Primero movió los dedos de los pies y manos. Al parecer aún funcionaban. Siguió con las piernas, los brazos y al final pudo abrir los ojos. El techo de piedra apareció ante él como una nube grisácea.
—¿Eren? —Escuchó una voz familiar a su izquierda. Con dificultad giró la cabeza para encontrarse con una imagen un poco más nítida del capitán.
Sin poderlo evitar sonrió al encontrarse con la mirada penetrante de su superior.
—Capitán —susurró con voz áspera seguida de tos. Pronto su cabeza fue alzada con cuidado, la mano sobre su pecho se apartó y eso le hizo fruncir el ceño. El fuego en su interior fue aumentando, por lo que perlas de sudor se empezaron a formar en la frente.
—Bebe —ordenó el capitán en cuanto le acercó la orilla de un vaso con agua amarga—. Despacio, mocoso.
Ambos permanecieron en silencio mientras el joven sorbía el líquido, hasta que le fue imposible continuar debido a la maldita fiebre.
Levi alejó el vaso, apartó la mano que sostenía la cabeza, volvió a colocar la mano izquierda sobre el pecho contrario que tomó la suya y apretó un poco para que no fuera apartada. El gesto sorprendió al capitán quien suspiró cansado al ver cómo volvía a dormir el chiquillo. No sabía si sería capaz de continuar con esto. Su cuerpo empezó a protestar al no tener un descanso adecuado. Las articulaciones le dolían al permanecer en una misma posición.
La anciana y la chica estabilizaron a Eren con su ayuda, pero él no veía gran mejoría. La tez bronceada había adquirido una tonalidad casi gris, opaca (como cuando su madre Kushel enfermó). El castillo estaba en una gran tensión por la incertidumbre de si Eren viviría o no y la cacería contra miembros de la Legión de Reconocimiento.
La sensación de estar acorralados tan solo afectaba más al estado mental de los subordinados.
De Erwin no había salido ninguna palabra. Estaba empecinado en sacarle la verdad al trío problemático que viajó con Eren. Levi no quería darle tantas vueltas al asunto con el comandante, pues una parte de su mente tenía miedo de estar en lo correcto con respecto al hombre. Levi vivió tanto tiempo en la ciudad subterránea que le era fácil saber las intenciones de las personas con mirarlas a los ojos y Erwin no era una excepción. El rubio poseía la clase de mirada de un depredador, de alguien hambriento de algo. La mirada de un hombre peligroso que en cualquier momento saltaría sobre su presa.
(Solo rogaba que no fuera cierta la sospecha que apuntaba a un interés obsesivo por Armin.)
De pronto la puerta de la habitación fue abierta por Eleonor quien había ido a lavar los utensilios usados y algunas telas para el tratamiento de Eren.
—Despertó —anunció Levi.
La chica detuvo sus acciones y le miró.
—¿Por cuánto tiempo?
—Unos segundos.
Ella asintió y regresó su atención en acomodar todo sobre la diminuta mesa que había en el lugar. Después se acercó a Eren, le tomó el pulso sobre la muñeca libre y revisó las axilas y plantas de los pies para ver qué tanto ungüento había sido absorbido.
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¿Dónde están tus alas? [Riren]
ФанфикEren es un joven que tiene en mente una promesa que se hizo aquel día en que perdió a su madre. Aquella promesa que cumpliría hasta el final. Pero, ¿qué es eso que siente cada vez que le mira pasar, cada vez que le dirige la mirada? ¿Cómo se llama? ...