Capítulo VIII

228 25 28
                                    

Durante la noche, Armin estuvo vigilando que nadie extraño se acercara al pequeño campamento improvisado que habían hecho. Afortunadamente nada ocurrió en toda su velada, y aunque Eren había querido ser el vigía fue mandado a dormir; cosa que no pudo hacer. Por más que quería cerrar sus ojos, no podía. La imagen de tres sombras rodearle y que estuviera atado y amordazado, le inquietó demasiado. Sin embargo, no demostró haber tenido alguna pesadilla actuando de forma normal.

Mikasa se había percatado de las ojeras —que se volvieron a marcar— que portaba Eren. Deseaba preguntarle, no obstante, recordar cómo le había tratado últimamente, le disminuyeron los ánimos de querer saber. Jean, por otra parte, en su cabeza rodaba la idea de ser un buen líder. Él en verdad deseaba ser reconocido por sus superiores, y aquella misión la estaba tomando muy en serio. Sin embargo, el recuerdo de que Eren se encontraba ahí, le hacía dudar de si en verdad lograría tomar las mejores decisiones para no poner en riesgo a los demás. Eren le llegaba a descolocar y muchas veces se llegó a golpear mentalmente por pensar tanto en aquel suicida.

Siguieron andando por el camino ya trazado, yendo a todo galope para recorrer mayor distancia y llegar en menor tiempo al lugar que les habían dicho. Se detenían a descansar por escasos minutos, para recobrar fuerzas y volver al camino. Armin se mantenía alerta, al igual que los demás, debían ser cuidadosos; y más si estaban solos, sin la protección de los veteranos.

—¡Descansaremos aquí! —ordenó Jean.

De inmediato todos detuvieron a sus caballos para evaluar el lugar en el que pasarían la noche. Para Eren fue una noche más en vela, a pesar de que —en esta ocasión— Jean estuviera de vigía. Cada vez que cerraba sus ojos, la misma pesadilla le atormentaba; con fuerza se aferraba al pañuelo, tratando de disipar sus miedos.

Que no se vuelva realidad. Pensó Eren con falsas esperanzas.

—¡Capitán! —exclamó Petra con miedo en sus facciones.

—¡¿Qué?! —respondió Levi.

—¡Aléjese de ahí se va a...!

Y en aquel instante una cascada de lodo empapó al Capitán que, tras verse completamente sucio, comenzó a lanzar insultos a cuanta cosa se atravesara en su camino. Petra se sintió culpable y sus demás compañeros, estuvieron por soltar la carcajada hasta que vieron la mirada furiosa de su superior.

Habían estado andando por el espeso bosque siguiendo la ruta que les había señalado Hanji. En medio de su camino, entre tantos troncos atravesados, maleza espesa y demás irregularidades, no contaban con que las pequeñas cascadas que se habían formado a causa de una ligera lluvia durante la mañana, fueran a sorprenderlos.

Levi, completamente cabreado, dio la orden de que buscaran un río cercano con el pretexto de que le darían a beber a los caballos. Gunter y Erd fueron a buscar el dichoso río mientras Petras trataba de ayudar a su Capitán. En verdad que era el colmo en su día; Levi no había podido pegar un ojo a causa de que no tenía cerca al niñato titán-humano. Se había acostumbrado a saber qué ocurría con él, qué hacía y qué no hacía, pero ahora no tenía ni una idea de qué estaba pasando con aquel joven de orbes esmeraldas.

—¡Mierda! —exclamó con fiereza, asustando a Petra, quien le trataba de limpiar con su capa, su rostro y un poco de cabello.

—Capitán, por favor...

—Déjame en paz —sentenció con molestia Levi.

Petra, sin decir nada sino mirando con pena a su jefe, se alejó de ahí. No tardaron en llegar Gunter y Erd con noticias de un río cristalino que había a unos cuantos metros de donde estaban. Levi, sin chistar, ordenó que fueran ahí todos. Sus soldados acataron aquella orden en silencio, hasta que llegaron al dichoso riachuelo. El Capitán les dejó descansar mientras se apartaba de ellos, con muda de ropa en la silla de su caballo. Caminó unos pasos hasta que halló el lugar idóneo para asearse. Se desvistió con gesto de asco al ver que el maldito lodo le había llegado hasta los calzoncillos.

¿Dónde están tus alas? [Riren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora