Tras un trágico "Accidente" Yui es arrastrada a un lugar que no llega a ser ni el infierno, ni el cielo. Aquella chica que tercamente amaba se le iba de sus manos, un macabro suceso que le cambiaría su enfermo concepto del "Amor"
-La muerte de Yui K...
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Andar encadenada, un juego de policías y ladrones como solía llamarlo él ,una pena que hasta para los demás era ajena.La rubia sintió rabia consigo misma pues aún así permanecer al lado suyo le era tanto doloroso como vital
Masoquista
Mentalmente se culpaba por haberse entregado una noche dejándose llevar por caricias, un par de palabras dulces y besos vacíos. Creyó que eso significó algo en plenitud de cariño
Eso creía ella
Porque aquel castaño de mala fama pervertida, aun no era consiente. Después de eso tuvo que esforzarse en no dejar expuesta una sonrisa boba recordando dichoso momento; sin objeciones, ni quejas para que la dejara ir, solo pidiendo más de sus ferviles deseos. Esa rubia lo estaba llevando demasiado lejos pues no había podido acostarse con otra de "Sus perras" desde entonces.
—¿Bitch-chan? ¿No te diviertes?—Pregunto sin vergüenza y divertido. De alguna manera quería hacerle ver a todos a quien le pertenecía
—¡Por supuesto que no!—Respondió nerviosa ante la vergüenza
—En ese caso ¿Por que no intentas llamar en voz alta a un policía de verdad que venga a ayudarte?—Cuestiono riéndose
—Pero Laito-kun sería..—Lo miro esperando a que el dijera algo
—Oh, esta bien. No es como si un policía humano pudiera atraparme en primer lugar —Se mofo parando el camino para tomar su sombrero y poner una expresión arrogante digna de Ayato—Incluso si huyeras tengo abundantes reemplazos para ti
Yui de encogió apretando las largas cadenas con sus manos. Le dolió más ahora que nunca, simples sílabas superaban heridas que aquella humillación en la calle siendo espectadora de todos mostrando ridiculez .
A diferencia de ella, cambiar a Laito no era así de simple; porque sencillamente no había otro y si existiera una especie de doble, eso tampoco sería válido. Sus ojos estaban solo para él, pero su mirada parecía no ser lo suficiente para penetrar su alma y explicarle cuanto valía para ella.
—No seas engreída pensar que te considero especial—La muchacha apretó los labios sin contener sacar nuevamente su lado impotente y llorón
A veces se preguntaba si una puñalada dolía menos.
Laito era completamente contradictorio e ignorante de emociones sinceras y ocultas que ella no podría descifrar del todo. Para empezar ¿Era sincero? A veces quería creer que si; tuvo sus momentos donde actuaba normal, y de vez en cuando de un modo tan tierno que sentía su corazón llorar. No obstante, eso parecía que era ilegal para esa extraña relación de vampiro-presa en la que no duraba mucho convertirse en una pesadilla o una burla.
Laito miró hacía el otro lado de la calle, fijándose en una joven aparentemente con la edad de Yui. Sonrió, había encontrado ventaja para molestarla, bien sabía la reacción inconforme que pondría ella con lo que estaba pensando decir.
