Capítulo 35

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Bella pov.

-Ya sabes... lo bueno abunda...- dijo Em socarrón mientras sostenía a Nisdin en sus brazos sentado en uno de los sofás del salón.

Sonreí como una idiota mientras le tocaba la cabecita a nuestra hermosa sobrina, de verdad que era el bebé más precioso que había visto nunca.

-Sólo espero que no sea igual de torbellino que tú...- murmuró Rose con una sonrisa cansada.

-Lo siento, Rose, pero creo que todos los Piscis son igual de terremotos, aunque con grandes corazones en sus pechos- intervino Esme cayéndosele la baba con su nieta.

Todos sonreímos.

-Que Nisdin haya nacido días antes de mi cumpleaños no es ninguna coincidencia, es el destino, porque los Piscis somos los mejores- contestó Em con esa sonrisa de bebé, dejando ver esos dos hoyuelos que tanto me encantaban.

Todos soltamos una carcajada.

-Y el ego lo tiene el chaval por las nubes...- murmuró la enana.

-Es lo que le faltaba- contestó Jazz.

Me giré para encarar a Rose que no dejaba de mirar la escena de Em con Nisdin en sus brazos.

-¿Por qué no descansas?- Rose movió sus ojos hacia a mí- Nosotros podemos hacernos cargo de ella, duerme hasta la próxima toma al menos- le cogí la mano y se la apreté en señal de apoyo.

-No sé...- vaciló- No quiero dejarla sola...- me sonrió débilmente.

-No te preocupes, Rose- le contesté al tiempo que me levantaba y la ayudaba a ella a hacer lo mismo- Si vemos que te necesita, te llamaremos- le besé en la mejilla.

-Rose, ya tienes tu baño preparado- dijo Ed al tiempo que bajaba las escaleras- Nisdin estará perfectamente bien con tantos pares de ojos vigilándola- todos asentimos.

-Gracias, chicos, de verdad- susurró Rose mientras cogía la mano de Ed- Prometed que si necesita algo, me llamaréis.

-Lo prometemos- dijimos todos al unísono con caras de emoción.

-Vale...- volvió a susurrar la pobre Rose y se tapó la boca antes de que saliera un bostezo de ella.

-Ve, hija, descansa, Nisdin está en buenas manos- Esme le besó en la frente y se puso, en el lugar donde yo estaba, para tocarle la carita a su nieta.

Volví a sonreír por enésima vez en sólo unos minutos por la escena tan tierna y tan preciosa.

Ed y Rose se fueron al piso de arriba a descansar un poco. La verdad era que ninguno de los dos dejaron que nadie se quedara en el hospital los tres días que habían estado Rose y Nisdin ingresadas.

Su argumento había sido que eran los padres de la pequeña y que era su responsabilidad.

Nosotros nos íbamos a regañadientes del hospital, pero con una gran sonrisa en los labios, porque realmente tenían razón. Ellos eran los padres de Nisdin y ellos eran los que tenían que hacerse cargo de ella. Aún así, todos sabíamos que era tiempo lo que les hacía falta a éstos dos. Tiempo para adaptarse a ésta nueva vida y asimilar toda la gran responsabilidad que era tener a un bebé a su cargo.

Se habían comportado como unos padrazos, como si llevaran toda la vida criando a una bebé recién nacida.

Y sinceramente, todos nos lo esperábamos.

Nisdin era la parte, el trocito, que nos faltaba en nuestra vida para que fuera completa y perfecta.

-¿Se la das a su abuela?- dijo Esme con los brazos abiertos y Em sonrió ampliamente mientras se levantaba y se la tendía.

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⏰ Última actualización: Jun 13, 2019 ⏰

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