La Vida Es Así, Da Vueltas

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La luz del sol, entrando por las persianas, me obliga a despertarme. Mareado, me libero suavemente de los brazos de Viviana. Miro el reloj, me doy cuenta de que es casi mediodía. Me levanto de la cama, me visto y salgo de la habitación lo más silenciosamente posible. Bajando las escaleras, escucho un débil golpe en la puerta, voy hacia ella, mirando por la mirilla; veo a un mensajero caminado hacia su camioneta.

No recuerdo haber pedido nada

Abro la puerta  veo una pequeña caja que me dejó, la llevo a la cocina inspeccionando la etiqueta, es de mi mamá. No he recibido nada de ella en años, apenas es capaz de responder a mis mensajes o llamadas; aunque tener la casa para mi es bastante agradable, desearía que no se hubiera mudado al otro lado del país para trabajar. Empiezo a preparar café, abro la caja y veo un reloj nuevo de aspecto costoso, además de eso, logro visualizar una nota. La leo y me doy cuenta que se van a demorar más, que sus posiciones en el trabajo serán permanentes. Me pregunto cómo reaccionarían si les dijera que Viviana está viviendo conmigo... ¿A quién bromeo? Estarán felices de que por fin tengo novia. Me reclino en mi silla con el reloj y lo admiro

-O-oh, wow, Marchi ¿De quién es?

-Mis padres

-Entonces ¿tus padres normalmente te envían regalos tan elegantes?

-No como este, pero fueron promovidos, supongo

-De todas formas ¿dónde están?

-Bueno, tuvieron que mudarse por su trabajo el año pasado, están bien con dejarme aquí hasta que termine con la preparatoria, después de eso, básicamente tengo que conseguir un trabajo lo antes posible; por ahora, han establecido una asignación semanal que se transfiere a mi, solo por comestibles  y otras cosas; no es nada de otro mundo, supongo, pero es suficiente como para no morirme de hambre.

-Escucha ¿quieres hacer algo hoy?

-¿Como qué?

-Estaba pensando en salir a pasear un rato

-Bueno, suena genial Marchi ¿Qué tienes en mente?

-Me parece que podríamos volver al café. Me gustó mucho el lugar; parecía que a tí también te  gustó

-Sí, fue muy agradable, si olvidas todo...lo de... Silvana

-¿Quieres ir a prepararte?

-Ejejeje- claro

Viviana inmediatamente se levanta su silla y sube al piso de arriba; llevo nuestras tazas al fregadero  y espero a que Viviana regrese. Está en el baño, probablemente arreglándose el cabello o algo, yo en cambio, me pongo una camisa y unos pantalones nuevos

Salimos...

Las calles están notablemente vacías, incluso para ser domingo. Abro la puerta del café, dejando a Viviana entrar al edificio, con una expresión de alegría absoluta pintada en su cara. Soy interrumpido por un golpe en el hombro. Viviana muestra una sonrisa rápida, guiñándome desde el interior del edificio

-Si yo voy a buscar una mesa, puedes ir a ordenar y... podrías pedirme un par de pasteles que pedí la última vez, me gustaron mucho

-Okay claro, ¿algo más?

-Quizás una bebida dulce

Viviana se sienta cerca de la parte posterior del café; pido para los 2 el mismo pastel, comprándole a Viviana un vaso de naranja. Me dirijo al lugar que Viviana eligió para nosotros, mientras camino hacia ella, no puedo dejar de notar que el café está bastante vacío para esta hora del día, a pesar de todo, tomo asiento en su lado opuesto. Hablamos un rato y el barista nos llama para buscar los pedidos; saliendo del puesto, me dirijo al mostrador, donde el barista está ocupado atendiendo a alguien más. Han dejado 2 platos pequeños, con un pastel en cada uno en el mostrador, el vaso de jugo está en el medio. Viendo que todavía no he pagado, dejo una nota que cubre la factura en lugar de nuestra orden... Tomo los platos con una mano y con la otra, el vaso. Ni bien regreso, Viviana toma rápidamente su pastel

El estudiante: Mente débil y brillanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora