Capítulo 13

57 8 0
                                    

13

Las palabras que se encuentran aquí son profundas, honestas y pensadas solo en ti. La única persona que leerá estos escritos difusos y confusos serás tú. Aún desconozco que sucederá entre tú y yo, pero aunque nuestros corazones no se vuelvan a reunir, sabrás que te amo tanto, que hasta que deje de existir lo seguiré haciendo tanto como el primer día que te vi en ese paradero de micro. Es de tu profundo conocimiento, que sea cual sea tu decisión, mi vida cambiará para siempre. Bien sabes que si tu rechazo es definitivo, me iré del país por trabajo a promocionar los libros de la editorial y tal vez el tiempo que me encuentra fuera sea un tiempo medicinal para que ambos curemos las heridas que nos hemos hecho, bueno, mejor dicho, las que yo he provocado en ti. Debo ser honesto contigo, tu padre es un gran hombre y hace tres semanas conversamos y me aconsejó que debiera dejarlo todo por ti con tal de hacerte saber mi arrepentimiento y mi profundo amor. Antes que todo, quiero que conozcas todo lo que hice, aunque esto no se trata de un rendir cuentas, quizás mi torpeza no me llevó a buscar nuevos caminos que me acerque más a ti de lo lejano que cada segundo que pasa vivo sin ti. Es por eso, que durante estas dos semanas, he realizado diferentes cosas para poder captar tu atención. A continuación te las cuento:

Día 1:

Para idear cualquier táctica de conquista, es necesario ir de menos a más. Ir probando pequeños gestos que puedan ir removiendo los trozos de sentimientos que habitan dentro de ti. Estoy seguro que el amor no se ha esfumado y aun piensas tanto en mí como yo en ti. Intenté hablar contigo nuevamente, el guardia y recepcionista de tu edificio me dijeron categóricamente que tenía prohibida la entrada y que no podían darme información. No quise discutir con Alejandro y Óscar, sabía que estaban haciendo su trabajo, pero eso no impedía que nuevamente te esperara afuera todo el día. Esperé y esperé, pero nunca saliste, simplemente no estabas o buscaste alguna forma inteligente para escabullirte sin que yo te viera. Por otra parte, no me respondiste ni viste ninguno de los mensajes que te dejé en tu whatsapp y en tu mensajería instantánea.

Día 2:

Como sabía que no me dejarían entrar, te escribí la siguiente nota: Te amo, por favor conversemos. Esa nota la enviaría junto con el correo, además, esta estipulaba que te esperaría todo el día en el café San Isidro que juntos solíamos visitar. Con el paso de los días, sé que el envío fue exitoso y recibiste mi nota, pero no llegaste y solo perdí las esperanzas cuando ya me había cansado de tomar café helado y el mozo me pidió que abandonara el lugar porque iban a cerrar.

Día 3:

Aproveché la gran cantidad de seguidores que tenía en mi fanpage de Facebook, para pedirles que nos reuniéramos a una cuadra de tu edificio. Nuevamente iríamos en marcha hacia el café san Isidro. Llevaríamos un mensaje muy sencillo, pero que solo tú comprenderías: «#SoloUnaVezMás». Esto hacía referencia al encuentro constante que teníamos en este lugar. Quise provocar el menor escándalo posible en el lugar en que tú trabajabas, y aunque zafé de la prensa, mucha gente se dio cuenta de cual eran mis verdaderas motivaciones y no tuvo problemas en ayudarme, solo que me costó toda una tarde firmar libros y responder preguntas sobre mis personajes. Aunque mucho de los que me apoyaron, pensaron que se trataba de una forma de publicitar mi siguiente publicación, pero en fin, que piensen lo que quieran, en este momento solo me importa lo que pienses tú. No sé si esta estrategia es la más adecuada, pero al menos captó tu atención y me escribiste un Whatsapp que decía:

Déjate de hacer tonteras. Al parecer no te has dado cuenta que yo no soy un personaje de ficción que aparecen en tus novelas. No me sigas fastidiando y haciendo daño.

Te conozco tan bien que sé que no estabas molesta por lo que estaba haciendo, al contrario, sabía que te encantaban todos esos gestos tiernos de amor. Por esa razón, mientras la gente metía ruido y comenzaba a gritar «Solo una vez más». En el silencio de mi corazón y las pulsaciones discretas de mi iPhone, respondí:

¿Será Muy Tarde?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora