Capítulo 2

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Durante todo el desayuno congeniamos lo suficiente para darme cuenta de que nuevamente me estaba enamorando. A ratos creía que también tenía sentimientos por mí, hasta ese momento no sabía si tenía compromiso alguno. Pensaba que si se encontraba en una relación ¿Saldría conmigo que soy un desconocido? Lo reconozco, siempre he sido muy rollento y en aquel entonces me convencía de que no debía seguir teniendo supuestos, debía comenzar a vivir de realidades. Al terminar el desayuno, Cristina me acompañó a mi casa en su mini Cooper plomo. Cuando llegamos, entré rápidamente a buscar las entradas y sin decirle nada a mi mamá que me miraba confundida, salí raudamente para dirigirnos al cine del centro comercial. Durante el trayecto conversamos de trivialidades, nada en profundidad, más que algunos sucesos faranduleros que ocurrían en la villa, pero yo seguía con la táctica de que solo debía prestar mi oído para todo lo que me quisiese decir. Al llegar al cine, lo primero que hicimos fue validar las entradas para ver la película Ha nacido una estrella. No había mucha variedad, pero nos llamó la atención que la protagonizara Bradley Cooper y Lady Gaga. Lo mejor de esta opción, es que se veía como una película romántica, esto de alguna forma serviría para estar más a tono con lo que yo quería hacer. Mientras sacaba las entradas, Cristina se adelantó y había comprado cabritas y bebidas. Yo la había invitado y no era la idea de que comprase las cosas, pero me retó por ser machista y me dijo que lo hacía para no sentirse tan mal por no pagar nada. Igual no me iba a complicar por eso, en esos momentos era un pelo de la cola ese detalle. La película fue entretenida, las butacas del cine eran muy cómodas y yo procuré sentarme en las últimas que es donde se sientan los enamorados, además que la manilla se levanta y uno nunca sabe dónde se pueden dar las cosas, aunque veía difícil que algo ocurriese, pero no estaba de más tenerlo en cuenta. En lo que respecta a la trama, era una gran historia, dos músicos que se conocen cuando se encuentran en diferentes facetas de su vida y empiezan a hacer juntos lo que más les apasiona que los lleva en una travesía de amor. Cristina no daba señal alguna de preocuparse por mí, yo estaba pendiente a cada rato y la miraba de reojo sin que se diera cuenta de lo que hacía, como era de esperarse, no sucedió nada del otro mundo, en algún momento pensé en estirar la mano para abrazarla, pero podía complicar todo y lo poco que había logrado se podía arruinar. En todas las situaciones la mujer toma el control y esta no fue la excepción, a veces pienso que dominan todo, pero siempre esperan que nosotros los hombres seamos mejores personas. Al terminar la película, Cristina me confidenció que se lo había pasado de lujo. Yo tenía la intención de invitarle algún helado, pero debía volver, tenía que recuperar el día perdido de universidad. Volvimos al auto y mientras íbamos de regreso a casa, conversábamos de todos los pormenores de la película. Recuerdo muy bien que me fue a dejar, pero yo no me quería bajar, estaba en un ambiente tan cálido, que no había necesidad de salir del auto. Afuera hacía tanto frío y se divisaban las nubes negras de la lluvia, de todos modos, no me presionó y colocó algo de música para distender el ambiente. No podía desaprovechar la oportunidad que se me estaba dando, quería invitarla nuevamente a salir, decir algo que no me impidiera perder su saludo o el contacto que estábamos teniendo:

— Martín... lo pasé muy bien hoy. Muchas gracias por lo de la mañana.

— No me agradezcas Cristina, te dije que cualquiera lo hubiese hecho, también muchas gracias por el desayuno. Espero que no sea la última vez que nos veamos.

— Pero si nos vemos siempre en el paradero – Sarcástica respuesta de Cristina.

— Tienes razón, pero me refiero haciendo otro tipo de cosas. – Respondí amablemente para no provocar «Distanciamiento».

— Estoy segura que nos veremos nuevamente. Y desde ese día, desde ese instante, fue que dejamos de ser dos personas desconocidas, para convertirnos en incipientes conocidos que no imaginaban que caminarían juntos por la senda del amor. Aunque eso por mi culpa se haya terminado.

¿Será Muy Tarde?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora