Capítulo 16 - Tercera Parte

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Probablemente hoy es el día más largo y cansador que he tenido en este último tiempo. Desde temprano que preparo mis maletas para después tener que ir a una reunión a True You donde se nos explicará qué es lo que debemos hacer en los Estados Unidos. La reunión como todas, ha sido una lata, todo eso de los números y de los pasos a seguir que debemos llevar en nuestra gira promocional. La verdad yo hago como que presto atención, pero es María José la que se encarga de todo. Me dice hay que estar tal día en aquel lugar y ahí estoy yo. Cuando veo a Francisca estoy seguro que debe pensar igual acerca de todo esos temas administrativos que a los escritores nos molestan porque no entendemos y la verdad no nos interesan. A nosotros solo nos gusta estar tras el computador escribiendo lo que sentimos u observamos del mundo. La tarde fue un poco más movida, puesto que debía dejar todo preparado para partir. No hablo de ordenar maletas y ropas, eso ya estaba listo, sino que debía despedirme de Cristina. Han pasado dos meses de que no hemos hablado y solo he sabido algunos detalles por amigos que se encuentra bien y que hace poco volvió de un viaje. También pregunté si estaba con alguien y al menos que me estuvieran mintiendo, para mi tranquilidad... sigue sola. Sin embargo, no intentaré hablar con ella, develo que también le deben haber llegado pinceladas de lo que estoy haciendo. Esta despedida será diferente, dejaré algo para ella que estoy seguro que le encantará porque siempre me negué a tener uno y porque de alguna forma, es una manera de que cada vez que lo vea se acuerde de mí. Además, no solo le dejaré esto, sino que también todos los escritos que hice referido al último tiempo y una breve carta que explica todos esos detalles. Rodrigo mi querido hermano siempre me ha acompañado en todas las locas aventuras y es la única familia que me va quedando, bueno junto a la que será su esposa y la madre de mi primer sobrino, eso me tiene muy emocionado y agradezco que él haya sido el único sostén que he tenido en este tiempo de dolor. Cuando llegamos a la oficina, seguían mis dos viejos amigos de siempre Óscar y Alejandro cuidando la puerta y por sobre todo que yo no entrara, pero antes de que me hicieran la advertencia les dije:

— Tranquilos muchachos, vengo de forma pacífica.

— Don Martín usted sabe... - Antes de que Óscar me dijera algo, arremetí.

— Lo sé viejo amigo, no busco a Cristina, bueno en cierta forma sí, pero lo que quiero es pedirles un favor a ustedes – Los dos se miraban desconcertados y no sabían a que me estaba refiriendo, pero centraron su atención en el paquete que traía que se estaba moviendo.

— ¿Les podría pedir que le hicieran llegar esto? – Les pregunté apelando a la sensibilidad de lo que estaban viendo.

— Si podemos, pero si no lo acepta... ¿Qué hacemos con él?

— Tranquilos, aparte de esto hay un cuaderno y una carta, sin duda sabrá que hacer.

— Si es así, creo que no tendríamos problemas en entregarlo.

— Antes déjenme darle una última mirada a la carta y firmarla – Hasta el último momento dudaba de hacerlo, pero que Rodrigo estuviese ahí, me daba fuerzas para terminar lo que ya había empezado. Siempre que escribía una carta, la releía cien veces antes de enviarla procurando que ningún detalle fuese quedado al azar, así que antes de firmar, volví a revisar su contenido:

Cristina:

Ha pasado algún tiempo desde la última vez que nos vimos en nuestro lugar preferido. No te mentiré en decirte que me he enterado que estabas de viaje y no quiero ser poco modesto en decirte que tú también debes saber que viajaré. No quiero entrar en detalles que te puedan aburrir, les he pedido a los muchachos de recepción que me hagan el inmenso favor de hacerte entrega de esta carta. Esta tiene por finalidad explicarte los otros dos paquetes que vienen con ella. El primero es una especie de libro, aunque no está editado, ni será una publicación, sino que en él, se encuentran todos los sentimientos y vivencias que he vivido desde que nos separamos. Quiero que lo tengas cerca y antes de saber cuál sería tu respuesta me prometí que te lo entregaría. Lo segundo, es algo que yo nunca quise tener. Su nombre es Simba. Es un Beagle, la raza que siempre quisiste tener. Espero que lo aceptes, lo cuides y lo tomes como una muestra de mi afecto por ti. En caso contrario, de que no lo quieras, por favor hazlo llegar donde Rodrigo y estoy seguro de que el estará gustoso de quedarse con Simba. Para terminar, solo me resta decirte que espero que ande todo bien en tu vida y encuentres el camino que te lleve a la felicidad. Seré directo en decirte que mi corazón aún sufre, pero el amor verdadero se lleva a cualquier parte donde uno esté, aunque la otra persona no comparta lo mismo. No sé cuánto tiempo estaré afuera, no sé cuánto me demore en volver a Chile, los planes presupuestados por la editorial se han extendido y no veo con malos ojos escribir un nuevo libro por esos lugares, pero en algún momento volveré y espero que nos sentamos a tomar un café como dos amigos que se quieren mucho y que se reencuentran después de tanto tiempo de no estar juntos.

Un abrazo.

Martín

No fue fácil dejar la carta, puesto que esto significaba una despedida, pero insisto de no ser por Rodrigo, nada de eso hubiese ocurrido. Ahora estoy viajando al lado de María José quien no deja de hablar con Francisca sobre ediciones de bolsillo y la verdad que no me quiero interesar mucho en nada de lo que hablen, o más bien, no quiero interesarme mucho en alguna conversación que tenga a Sonetto como protagonista. Sin duda, será un poco complejo estar todos los días con ella, pero aprovecharé este tiempo al máximo para hacer mi trabajo y delinear nuevas ideas acerca de qué escribir. Por el momento, con la música de Coldplay, espero quedarme dormido lo antes posible, porque se me viene una agenda extensa de trabajo. Por hoy buenas noches y buenas noches Cristina.

¿Será Muy Tarde?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora