El lazo de la oscuridad

16. ¿Una cita?

Anna's Point Of View:

La noche anterior fue una noche interesante y a la vez excitante.

Mi enfado se había evaporado al instante de ver sus ojos arrepentidos y su mirada de cachorro. Y al ver su escultural cuerpo por detrás había hecho de mis cinco sentidos unos auténticos cabrones queriendo lanzarme hacia él por la espalda.

¿Quién iba a decir que su culo me haría levantarle el castigo y tirarle en la cama para comerle la boca? Nadie, supongo.

Pero hasta en las más inesperadas situaciones podías encontrarte haciendo algo que nunca pensarías que ibas a hacer.

No llegamos más allá de los besos, en estos momentos no podría ya que con una persona como Justin, la rapidez no era lo más acertado que podías utilizar como táctica.

*Flashback*

Me acerqué aún más a él si eso era posible y el beso continuó con mucha pasión, juntábamos nuestras lenguas a la vez que se movían en sincronización.

Justin rodeó mi cuerpo poniéndose esta vez encima de mí sin separar nuestros labios. Acarició con su mano mi cadera y con la otra se apoyó en la cama para no aplastarme bajo su peso.

Estaba siendo un beso intenso y excitante para ambos. Yo mantenía mis ojos cerrados mientras disfrutaba de su lengua recorriendo mi cavidad bucal.

Nuestras salivas se mezclaban y nuestras lenguas se acariciaban la una a la otra.

Unos minutos después, nos separamos quedando a centímetros el uno del otro. Nos miramos a lo ojos fijamente sin perder detalle alguno de ellos.

Me perdí durante un momento en sus preciosos ojos mieles, pero volví a la realidad rápidamente.

"¿Quieres otra sesión de besos?" Me guiñó el ojo juguetonamente.

Reí. "Será mejor que te vayas ya, es tarde."

"¿Vuelves a echarme?" Puso una mano en su pecho fingiendo estar dolido.

"Ajá." Asentí todavía con una sonrisa en mi rostro. "Eso hago." Lamí mis labios.

"Eres mala." Hizo un puchero.

Le aparté lentamente de mí haciendo que se incorporara. Él me agarró de las caderas levantándome junto a él sin romper la cercanía de nuestras rostros.

"¿Por qué me quieres echar?" Me miró de cerca.

Suspiré. "Porque quizás acabemos haciendo algo que no debemos hacer."

Al menos por ahora.

"¿Cómo qué?" Me miró travieso.

Mordí mi labio inferior y me encogí de hombros mirándole.

"¿Tanto te cuesta hablar conmigo sobre sexo?" Alzó una de sus ceja hacia mí.

"Que yo sepa no es nada fácil ni cómodo hablar de sexo con un chico." Negué con la cabeza.

"Para mí con una chica sí." Se encogió de hombros.

"A ti te resultan cómodas muchas cosas." Rodé los ojos.

"No me aveguenzo de nada." Sonrió orgulloso.

"Se nota." Asentí dándole la razón.

"¿Me dejas quedarme?" Me sonrió con inocencia.