9. Lo siento

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Anna's Point Of View:

Era Martes por la mañana y presentía que este día tampoco iba a ser muy relajante. Justin era como unos pequeños petardos explotando a mi alrededor poniéndome de los nervios.

Creo que me estreso más alrededor de Justin que alrededor de profesores explicando cosas que por una parte no interesan a nadie. ¿Quién diría que una persona es más estresante que una universidad?

Quizás sea el alcohol que le mata las neuronas o el fumar que le tiene el cerebro repleto de humo y no le llega oxígeno limpio ahí arriba.

Supongo que el ser un chico duro sea una fachada, que su carácter haya sido entrenado para convertirse en un chulo sin vergüenza como la mayoría de estúpidos que hay por el mundo, que su mal humor se deba a que no aguanta ser enfrentado porque durante años aprendió que debe detener que alguien le supere, que su chulería se deba a que se cree el mejor del mundo y cree que nadie le puede superar.

Lo que nunca entenderé será su bipolaridad. Por mucho que me esfuerze nunca lo entenderé. Quizás ese sea el centro de todo él.

Un momento está con esa sonrisa burlona en el rostro, otro momento está ligón ofreciéndome sexo, después está con esa faceta chulesca suya, luego se cabrea y a continución vuelve de nuevo a esa sonrisa burlona.

Son como fases, y Justin tiene 4:

-Sonrisa burlona

-Ligoteo

-Faceta chulesca

-Cabreo

De la primera fase a la cuarta y se repite el proceso. Resulta exasperante.

El conjunto de todo eso da lugar a la bipolaridad extrema que sufre, la cuál en ocasiones suele ponerme de los nervios.

He descubierto que ni siquiera ignorarlo resulta eficaz. Sin siquiera entablar una conversación con él te pone de los nervios en menos de tres segundos.

Creo que definiría su personalidad completa como: jodidamente estresante. Me saca de mis casillas. Y lo peor, es que lo hace sin proponerselo, no me imagino hasta qué nivel llegaría si se lo propusiera realmente.

Supongo que trataré lo más posible la indiferencia con él. Si pilla la indirecta resultará ser un chico listo. Si no, tendré que apartarle yo de mi camino.

O quizás, al final no puedas alejarte de él.

Me encontraba sacando mis libros mientras en mi oido zumbaba solo la voz de Sam, pidiendo explicaciones de porqué ayer me secuestraron frente a sus ojos y luego ni la llamé.

"Aunque sea un mensaje Anna, ¿qué te costaba mujer?" Me regaña como cuando una madre riñe a su hija cuando no llama para avisar de que no va a dormir en casa.

"No me acordé, lo siento ¿vale?" Repetí por enésima vez ese día, cierro mi taquilla.

"Excusas." Agita su mano con desdén. "Yo por lo menos tengo una buena excusa." Dijo.

"¿Cuál es?" La miro atenta mientras comenzamos a caminar hacia nuestra primera clase.

"Ayer peleé con mi madre y me quitó el móvil por el resto del día." Explicó.

"Aunque sea una buena excusa, yo tengo una que explica porqué se me olvidó llamarte."

"Sorpréndeme." Su falso tono de voz me obligó a virar mis ojos.

"Estaba muy cabreada." Dije.

"¿Por qué? Mejor dicho, ¿con quién?" Me mira curiosa.

"¿Con quién va a ser Sam? ¿Quién me secuestró ayer?" La miro obvia.

El lazo de la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora