El lazo de la oscuridad

24. Lo correcto es alejarnos el uno del otro

Anna's Point Of View:

"Venga ya." Exclamó Sam sin poder creerselo.

Cerró su taquilla y ambas nos encaminamos hacia nuestra próxima clase, la verdad es que yo tampoco me lo creía.

"Como lo oyes, me quedé de piedra."

"Me acabo de quedar de la misma forma."

"Ni supe qué responder en esos momentos." Negué con la cabeza.

"¿Cómo lo sabrá?" Estaba tan confusa como yo.

"Ni idea." Me encogí de hombros.

"¿Y si ha sido Ashley?"

Fruncí el ceño.

"¿Ashley? Pero ella no sabe nada." Negué con la cabeza.

"No te sorprenda que Ashley descubra incluso el secreto más oscuro sobre ti, y menos que lo vaya contando por ahí." Dijo.

"Mira, no me voy a arrancarle los pelos porque no tengo pruebas de que se lo haya dicho ella, pero si me entero de que es así, la mato." Dije seria.

"También puede haberse enterado Justin por sí solo." Se encoge de hombros.

"Y, ¿cómo puede haberse enterado?"

No creo que él haya averiguado eso por sí sólo.

"No sé." Se encoge de hombros. "¿Por qué no le preguntas?"

"Conociéndole, ni me responderá." Rodé los ojos. "Bueno sí, pero me responderá con algún comentario inapropiado referido con el sexo."

"Ponte seria con él, le dices que aparque el tema del sexo un rato y que te responda."

La miré incrédula.

"Sam, pedirle a Justin que deje de tirarme los tejos es como pedirte a ti que dejes de pensar en chicos."

"Lo pillo, misión imposible." Asiente.

"Como ese capullo se atreva a ir diciendo por ahí que soy virgen le arrancaré su atributo de cuajo." Medio juré.

Iba enserio, si Justin abría la boca s se iba a arrepentir.

"Su atributo no." Me miró horrorizada. "Eso es el mejor regalo que Dios le ha podido dar al hombre."

"Yo aquí contándote mi problema y tú preocupada de que Justin se quede sin su preciado atributo." La miré con disgusto. "Que buena amiga eres."

"Oh vamos, sabes que te quiero." Me abrazó.

"Ya, claro." Fingí estar molesta. "Y yo que pensaba meter el atributo de Justin en un bote y dartelo."

Sam se separó de mí y me miró con los ojos muy abiertos. Rápidamente, volvió a abrazarme esta vez más fuerte y con efusividad.

Repartió besos por todo mi rostor, reí ante su reacción devolviéndole el abrazo.

"¿Te he dicho ya que te quiero?" Se separa un poco de mí mirándome a los ojos.

"Hoy no." La miré divertida.

"Pues te lo digo ahora, ¡te quiero!" Exclamó. "No, no te quiero, ¡te amo!" Volvió a abrazarme.

"Vale, lo he pillado." Reí ante su momento de efusividad y la separé de mí

Cada día que pasaba se volvía más loca.

Una hora y media más tarde, salimos de la clase de la señora Brown.

Sus clases eran interesantes, pero a veces resultaban ser agotadoras, y más cuando te mandaba tarea.