Capítulo 21: La fiera que habita en mi.

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Despierto por la mañana y me duele mucho la cabeza, Alec está a mi lado, dormido sobre mis piernas, me parece lindo verlo así pero entonces recuerdo lo que me dijo antes de la secuencia de imágenes que tengo borrosa. Trato de levantarme sin despertarlo y me voy al baño, después de hacer pis, cuando voy a lavarme las manos me doy cuenta de las dos muñequeras, tienen cadenas y brillantes pero no me las puedo quitar y al parecer tampoco usar los poderes... ¿Que carajo pasó ayer? Salgo del baño y me acerco hasta Alec que está sosteniendo la puerta con su espalda.

Lali: ¿Que estás haciendo?

Alec: vienen a por ti, sólo estoy ganando algo de tiempo para disculparme otra vez. - Dijo haciendo fuerza para que no entraran.

Lali: ¿Qué fue lo que pasó? - Pregunté ansiosa, necesitaba saberlo.

Alec: te transformaste, no parecías tu... Tu pelo era rubio platino, el cielo se volvió negro y todo temblaba. - Alec cae al suelo y varios guardias con cicatrices en los ojos entran y me agarran por los brazos y piernas.

Intento luchar pero uno de ellos termina dándome un golpe en la cabeza, que me deja inconsciente hasta que despierto atada de pies y manos en una especie de cruz, encima de un contenedor de productos radioactivos. Miro al frente y la veo a Mercedes acompañada de Aina que tiene una sonrisa dibujada en su rostro. Dios... Esta gente está demasiado loca y yo debo estar peor cuando solo pienso en darles batalla.

Mercedes: habías empezado bien aceptando la arena y siendo parte de ella, los presos ya te han elegido un nombre, "Bloodqueen".

Lali: vaya... Será que no me gusta que me oculten que van a mandar a mi familia a la arena. - Digo firme mientras intento soltarme los pies.

Mercedes: ay Lali querida eres una mujer muy linda pero a veces muy poco persuasible y eso me da muchos dolores de cabeza, así que vamos a ver si esto te ayuda. - Hace un gesto con la mano y su gente me mete directa en el contenedor, lleno de gas radiactivo que se mete por cada poro de mi piel, unos treinta segundos después me saca y se me ocurre la brillante idea de hacer una apnea.

Cuando quiero darme cuenta estoy en una especie de enfermería, abro los ojos poco a poco y vuelvo a ver a esa mujer demonio, Mazikeen. Se acerca a mi con una sonrisa pícara pero yo apenas la veo algo borrosa.

Lali: ¿Mazikeen?

Maze: hola otra vez Lali. - Dice pasando su cuchillo por mi brazo hasta llegar a la vía y cortarla. - Esta gente no va a dejarte en paz, pero yo puedo ayudarte.

Lali: ¿Como? -  le pregunto desesperada.

Maze: ayudando a sacar a la fiera que hay en ti. - Dice pasando la lengua por su labio inferior. - Esas muñequeras son sólo un pequeño bloqueo que si de verdad quisieras, puedes deshacer.

Lali: quiero acabar con esto Maze...

Maze: no puedes, debes cumplir tu destino bloodqueen.

Lali: no me llames así Mazikeen.

Maze: tu a mi tampoco. - Dice asomándose y lanzando un cuchillo que se clava un poco más arriba del esternón del guardia. - Voy a ser breve, hazte cargo de tu poder Lali, sé la bruja que quieres ser, no dejes que te pisen, me lo agradecerás.

Hace desaparecer a todos los que hay a nuestro alrededor y se esfuma de la habitación. Yo salgo corriendo hasta mi habitación, donde creía que estaba Alec pero no, entonces recuerdo que he escuchado a Mercedes decir que se adelantaba la arena. No puedo dejar que ocurra lo que su monstruosa mente está maquinando así que le hago caso a Maze, creo firmemente que las malditas muñequeras no son más que otra trampa psicológica que no va a poder conmigo, así que me concentro en conectar con mi yo etéreo, esa parte de mi que está ahí de forma superior a mi cuerpo terrenal, de pronto, de forma repentina las muñequeras han estallado en mil pedazos, he sentido algo dentro de mi pero no sabría como explicarlo y he puesto rumbo a la arena.

La viajera del tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora