-Necesitas despertarte ahora si quieres desayunar.
-Necesitas callarte.
-No encontraremos buenos lugares si no lo haces ahora, levanta el culo de la cama.
-Me mantuviste despierta toda la noche, fue a propósito -murmure con la mejilla pegada a la almohada. Dudaba que hubiera entendido lo último pero no me importaba, solo quería dormir más.
-Tal vez lo fue...- le lance una almohada que dio directo en el objetivo, su cabeza.
-¡Hey! Bromeaba -levanto las manos en rendición para después regresarme la almohada que atrape, me abrase de ella.
-¿Qué hora es?
-Como las dos de la tarde -respondió con tranquilidad. Mis ojos se abrieron como platos.
-¿Me estas jodiendo no?
-No, no lo hago -y siguió comiendo como si nada.
-Es tardísimo, ¿por qué no me despertaste antes? ¿Qué pasa contigo? ¡No sé qué ponerme! ¿Por qué mi alarma no sonó? Cierto, tu cuerpo me distrajo; umm mala distracción, ¿dónde está mi otra bota o mi cepillo de dientes? -preguntaba mientras iba de un lado a otro por la habitación, mientras Oliver comía y me seguía con la mirada como si fuera un juego de ping-pong. Lo comprendí entonces.- ¿No son las dos verdad?
-No, preciosa -respondió entre risas- Ven acompáñame -dijo mientras estiraba su mano para guiarme a su regazo. Tome su barbilla haciendo que me mirara.
-Eso fue bastante malo, ¿sabes? -me beso, su boca sabia a mango.
-Pero fue bastante sexy verte inclinarte para buscar tu bota, que por cierto, está debajo de mi maleta.
-¿Cómo llego ahí? -pronuncie después de masticar fruta que Oliver me estaba dando con su tenedor.
-Creo que fue después de ir a la capilla de Santa Agnes, no podíamos estar un minuto más con ropa entre nosotros, que la terminamos lanzando donde fuera -me ofreció un bonche de fresas bañadas en crema batida que mi boca recibió con tanto gusto, que no pude detener un pequeño sonido de placer proveniente de mi garganta. -Sí, de eso exactamente hablaba.
Después de un desayuno y ducha compartidos, nos arreglamos para ir al festival de música electrónica que se celebraba ese año en Ibiza. Caminábamos por las calles, siendo seguidos por la mirada de todos, me fije en uno de los ventanales de una cafetería, nos veíamos como una pareja de supermodelos. Oliver traía sus típicas gafas de aviador y el cabello deliciosamente desordenado, si es que eso es posible, una camisa gris arremangada, jeans y botas. Yo le copiaba en las botas, pero traía unos jeans cortos deslavados y una playera de un hombro con la bandera de Inglaterra. Llevaba una cartera blanca cruzada y unas Ray-Ban negras, me había teñido el cabello el día anterior de un color purpura claro (el color lo había escogido Oliver) y me lo había dejado suelto. Supongo que todo este conjunto de jóvenes enamorados, luciendo como un par de modelos alocados, llamaba la atención de todo mundo. Y en este momento, los disfrutaba. Este era el tipo de atención que si me gustaba.
Oliver de un momento a otro me jalo a él, colocando nuestras manos entrelazadas en su espalda, dándome un gran beso.
-¿Que fue eso? -pregunte al separarnos.
-Nos estaban tomando una foto, que por cierto...
Se alejó, dejándome en medio de miradas curiosas, lo vi hablar con un par de chicos con rastas que sostenían una cámara, escribir en un papel, saco otro de su bolsillo y se los dio, para después charlar un poco con ellos, asintió y se dirigió de nuevo a mí, con una gran sonrisa, mire a los curiosos peatones a mi lado y todos, y realmente digo todos, nos encontrábamos bajo el efecto de la sonrisa de Oliver Harman.
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Trust in the Broken Ones (Serie Broken Pieces #1)
RomancePero aún tenía esta sensación, de que todo acabaría rápido. No quería parpadear, no podía permitírmelo, lo perdería como la última vez. Volvería a romper mi propio corazón y todo perdería contraste. Volvería a suceder porque yo lo permití, lo dejarí...