Especial. Finding Pieces

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Odiaba todo y a todos esta mañana. Lo único que podía entrar en mi sistema era té y chocolates de menta, y la maldita aerolínea no tenía los suficientes.

– Cálmate, dijo que iría a buscarte más –me murmuro Daniel junto a mí.

– También te desnudo con los ojos ¿debo darle crédito por eso?

– ¿Lo hizo? –Se asomó por el pasillo buscando a la azafata, lo golpee en el hombro –Ya, cálmate, además ¿Cómo es que solo puedes comer eso?

– No sé, el bebé siempre me lo pide, siempre es té –mire mi pequeña barriga ahora más notoria de apenas cuatro meses y coloque mis manos en ella.

– Pienso que será igual a su padre –suspiro Daniel.

– Pienso exactamente lo mismo –mire por la ventana, el cielo se veía hermoso.

– Solo podemos servirle más té, señorita, no tenemos más chocolates –sonrió avergonzada la azafata, escuche un 'relájate' de los labios de Daniel.

¡Traidor!

– Esta bien, vale. Solo el té entonces –di mi sonrisa falsa.

– De acuerdo –miro a ambos– parece que serán unos buenos padres.

Veo lo que haces, mujerzuela.

– ¿Nosotros? No, claro que no. Somos hermanos –le respondió Daniel.

– Oh ¿es así? –Sus ojos se iluminaron– lo siento, pensé mal. En seguida le traigo más té –le asentí pesadamente.

– Nosotros pareja ¿puedes creerlo?

– Me dirás que nunca pensaste en mí como algo más ¿eh, Daniel? –lo codee y se sonrojo tragando saliva.

– Solo hubo una vez, en realidad. Usabas un bikini aqua de cordones y estabas nadando en la piscina de la casa de John, ibas y venias como toda una profesional...

– ¿Y? –le incite a continuar. Uno de los lados de sus labios se levantó.

– Paraste y te sentaste en la orilla, miraste a donde me encontraba y me lanzaste un beso, creo que esa imagen debió ser el sueño húmedo de cualquier adolescente. Me encerré en mi cuarto pensando qué diablos había sucedido, pero lo supe esa misma noche cuando te encontré llorando, Alex te había golpeado en las costillas demasiado fuerte, te había astillado una de ellas. Yo le rompí nariz. Pero lo supe, sabía que te estaba protegiendo no como la chica que quería para mí, sino con la que compartía un amor fraternal y te protegería siempre que pudiera, enana. Así como llego, se fue.

– Su té, señorita –rodé los ojos cuando lo coloco en mi lado, curiosamente poniendo sus tetas en el rostro de Daniel, y ¡oh sorpresa! Dos de sus botones se habían salido de su lugar. Le sonrió seductoramente a Daniel – ¿Algo más para el caballero?

– Nada más, preciosa –bufe, este tipo le seguía el juego.

– Si necesita algo más me llama –lo miro intensamente– lo que sea.

– Lo hare –le sonrió y ella se fue.

– ¡Por todos los dioses! Esa fue la peor insinuación que eh visto en mi vida, fue un asco.

– ¿Tu lo harías mejor? –rio.

– ¡Infiernos, si! Pero ahora tengo que ir al baño, resultado de tanto té, pero lo que quiero que hagas es que cuando yo me vaya, tú también te levantaras e iras con esa mujer y la follaras o lo que sea, te lo mereces ya que tu historia me gusto.

– ¿Por qué quieres que vaya cuando tú te vayas también? –me levante y el me hizo espacio para pasar.

– Mira, si hay más personas mirándonos, pensaran que realmente con quien lo estás haciendo será conmigo y solo tardaras porque te estas arreglando o algo así y no te verás mal. Además, no quiero batallar para pasar cuando regrese –le saque la lengua y comencé a reír como el a mis espaldas.

Trust in the Broken Ones (Serie Broken Pieces #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora