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Pasó la semana, fue alucinante y muy romántica, era justo lo que necesitaba para olvidarme de todo.

Cuando volvimos a casa, lo único que encontramos fueron cenizas, habían quemado nuestro hogar.
Un dolor punzante me recorría todo el cuerpo, y noté que a Edward también.

-¿Edward y ahora que hacemos?- fue lo único que pude decir.

-Encontraremos respuestas, ve a la reserva y yo iré a casa de Carlisle y Esme- dijo Edward, yo le di un beso en la mejilla y me fui.

En la reserva estaban todos sentados en el suelo comiendo. En cuanto me vieron Seth
corrió a abrazarme.

-¡Cat te hemos echado de menos!- yo lo abracé con más fuerza.

-Yo también, Seth.

Jacob se fue acercando y cuando estuvo del todo a mi lado, Seth se fue y este, me dio un beso en la mejilla.

-¿a pasado algo?- preguntó.

-Jacob, han quemado mi casa- dije.

-¿qué? ¿cómo?- me preguntó muy extrañado.

-No lo sé, creía que aquí encontraría respuestas- le respondí.

-Lo siento, pero aquí no sabemos nada de eso, Cat- dijo Billy mientras se acercaba con la silla de ruedas.

-Bueno, si oís algo, no dudéis en contarmelo por favor- y a esto nos dos asintieron.

Volviendo a la casa de los Cullen, se me ocurrió quien pudo hacerlo, era simplemente imposible, pero hasta hace poco, la existencia de los vampiros también lo había sido...
Entre en la casa, todos estaban en la sala y Edward, al ver mi cara de tristeza se acercó a mi y me abrazó por la cintura.

-Chicos, creo que ya sé quién lo ha echo, pero necesito pruebas- dije.

-¿Quien crees que es?eso?- me preguntó Alice y Edward me miró asombrado.

-Tenemos que ir al bosque- dije sin responder a la pregunta dr Alice.

-Cat, quien crees que lo ha echo?- volvió a preguntar, pero esta vez Emmett.

-Vale, creo que ha sido Isabela, Isabela Castillo- respondí.

-Pero nosotros la quemamos- dijo Rosalie y se levantó del sofá.

-Por eso necesito ir al bosque, puede que en realidad no la quemaseis y ahora este rondando por Forks.

-Esta bien, mañana a primera hora iremos todos a verlo, hasta mañana, iros a casa I descansad- dijo Esme y yo asentí.

Volvimos a casa, Edward se quedó en la planta baja pensando en que podríamos hacer si fuese Isabela, yo en cambio, subí a mi habitación, me tumbé en la cama y perdí la mirada en el techo.

Entre tú y yo (Edward Cullen y tú) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora