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Recuerden que si les va gustando el libro pueden ayudarme dejándome un comentario y votando :D gracias mis amores.

«Se premia a quien se esfuerza, se motiva a quien gatea»

Cuando hasta respirar, te ahoga.

Tras decirle del porqué muchas personas del medio artístico  nos reunimos aquí bajo un seudónimo o un disfraz, el silencio se ha hecho presente y solo nos dedicamos a escuchar el sonido dulce del piano o las voces ahogadas por el llanto de las personas que se suben al escenario al contar su vida.

Venus parece más expectante ante las personas desconocidas que toman el micrófono que intentar explicar el porqué reaccionó de aquella manera cuando la encontré. Esa desesperación la conozco hasta con los ojos cerrados, así que me sorprende el hecho de que no quiera hablarlo conmigo... aunque sé que no le inspiro confianza.

—Mi papá fue el causante de todo mi sufrimiento—Susurra una mujer vestida de negro, cubriendo su rostro con una tela del mismo color de su vestimenta; sostiene con firmeza el micrófono mientras su voz se va por momentos—. Me obligaba a hacer cosas que yo no quería...

Mis vista se desvía hacia el vaso de agua que tengo  de frente, un dolor punzante, como si cientos de agujas se tratara, crece en mi cabeza y está me obliga a cerrar los ojos con dolor mientras los recuerdos o sueños aparecen.

—Y aunque le decía que parara ¡No lo hacía!

Y ahí me veode niño con las manos llenas de moretones y llantos incesantes, escuchando el tintineo de la hebilla de su cinturón al compás de un dolor insoportable de la parte baja de mi espalda. Levanto la mirada y solo veo unos viejos zapatos, que no se mueven, pero que las piernas de esa persona tiembla.

Solo escucho unos golpeteos seguido del tintineo de la hebilla.

—Aquellos recuerdos no puedo sacarlos de mi cabeza—Las manos de la mujer tiemblan sin cesar—, y he dejado de cuidar mi salud mental porque siento que todo lo malo que me sucede desde niña... me lo merezco.

Me levanto rápidamente de la silla con una mano cubriendo mi boca y la otra enredada como escudo en mi estómago.

Llego al baño con dificultad y en cuanto me acerco al retrete, dejo salir todo lo asqueroso que me rodea. Mi garganta arde, mi estómago se siente caliente y el sudor baja por mi frente.

Aquel relato me a revuelto el estómago. Me a hecho revivir todo lo que me ha lastimado, todo lo que la sociedad a hecho para que pierda mi cordura.

Me levanto a duras penas del suelo, me dirijo al lavamanos y enjuago mi boca para desaparecer aquel sabor amargo, mojo mi rostro al momento en que me veo al espejo; pálido, con los labios resecos y unas infinitas ojeras. Remango las mangas de mi camisa y dejo al descubierto los pequeños moretones alusivos a pellizcos también salen a relucir  cicatrices que pensé haber dejado en el pasado, pero que siguen muy en el presente.

No sé si lo que recuerdo es verdadero o tan solo una pesadilla que se ha inventado mi cabeza, lo único que sé es que no me a dejado avanzar y me tiene atrapado en el pasado.

Esto no te dolerá—Puedo sentir su aliento pegar contra mi oreja, pero no puedo distinguir su voz; no sé si es un ella o un él—. Te aseguro que con esto te convertirás en un verdadero hombrecito y no un mocoso.

Agarro mi teléfono y le marco al único hombre que lo he considerado como mi papá.

—¿Papá?

El Lamento de una estrella (Un amarre por accidente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora