CAPÍTULO 1: LA MEJOR DESPEDIDA DE SOLTERO

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CAPÍTULO 1: LA MEJOR DESPEDIDA DE SOLTERO

– ¡Vamos Kurt! Vamos a llegar tarde. – Rachel protestó mientras salía impaciente de la tienda de música en la que trabajaba el chico. La joven se ajustó el abrigo, el gorro y la bufanda al sentir el gélido viento que golpeó sus mejillas, no entendía por qué su mejor amigo había decidido casarse en diciembre.

– Soy el protagonista de la fiesta, yo no llego tarde. Son los demás los que llegan pronto. – El castaño cerró la puerta con llave y luego bajó la persiana de seguridad para evitar que le rompieran el cristal, pero que permitía ver el escaparate en el que exhibía varias guitarras, discos de grupos famosos en ese momento, varios libros de partituras y posters de conciertos y musicales antiguos.

– Si por los demás te refieres a Sebastian, ya está esperándonos. – Indicó la chica mirando su reloj por enésima vez ese día.

Caminaron por las nevadas calles de Lima, encogidos por el frío y estirando sus abrigos para que les taparan todo lo posible. Las farolas iluminaban su camino y sus pasos eran cuidadosos para no resbalar con el helado suelo.

Llegaron a la casa de Smythe que el joven había heredado de su abuelo. No era demasiado grande, aunque sí lo parecía porque el chico vivía sólo. Empujaron la puerta que daba acceso al jardín delantero y recorrieron la distancia que los separaba de la puerta. Llamaron al timbre y esperaron a que les abrieran.

– Ya era hora, pensaba que tendría que celebrar la despedida yo solo... Cosa que por otra parte no me habría importado... – El anfitrión comentó cuando abrió la puerta.

– Una fiesta los tres solos y preparada por ti... ¿Por qué será que me da miedo? – El ojiazul susurró.

– Si no te gusta, yo me quedo con tu regalo. – Berry se entusiasmó.

– Tendríamos que sortearlo, no te puedes ni imaginar... – Sebastian dejó la frase inconclusa para no fastidiarle la sorpresa a su amigo.

Una vez los tres llegaron al salón, Hummel pudo apreciar todo lo que habían preparado. Varias botellas de bebidas alcohólicas estaban sobre la mesa, junto a un montón de comida. Tuvieron un gran rato de charla mientras cenaban, en la que el centro de las bromas fueron el matrimonio.

– Y ahora, para el futuro Kurt Hummel-Crawford, su regalo especial. – Gritó Sebastian mientras por las escaleras bajaba un chico muy sexy vestido con ropa que dejaba muy poco a la imaginación. Pantalones de cuero negro tan ajustados que marcaban todo, camiseta blanca sin mangas casi trasparente y una gorra negra estilo policía adornaban un cuerpo esculpido en el gimnasio

El striper se puso a bailar delante de los tres amigos. Mientras Rachel estaba totalmente borracha, los dos chicos estaban mejor ya que no habían bebido tanto. Por una parte Smythe no lo había hecho para “aprovechar” el regalo que pensaba que el otro rechazaría y por otra, Kurt estaba tan inseguro por lo que sus amigos harían que necesitaba sus cinco sentidos para no hacer alguna estupidez.

El bailarín comenzó a quitarse ropa hasta quedar completamente desnudo, entre movimientos sexys e insinuaciones a Hummel, ya que sabía que el “regalo” era para él. Rachel gritaba a cada movimiento e intentaba tocar al chico pero por un motivo desconocido, Kurt no la dejaba.

– Bueno princesa. Que sepas que este chico es gigoló y que si tu quieres puedes pasar una hora a solas con él para lo que quieras, ese es tu regalo. Aunque si tú no lo quieres, no me importaría quedarme a solas con él. Está para comérselo entre pan y pan... – Sebastian comentó.

El ojiazul se tomó unos minutos para pensarlo. Él jamás había estado con nadie que no fuera Adam. Había besado una vez a su mejor amigo, pero más para saber como se sentía al besar a un chico que porque realmente sintiera algo. Después de eso, Adam y más Adam. Y claro estaba que, después de la boda, no podría haber otra relación.

Amor o Pasión (Glee Fanfic boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora