CAPÍTULO 12: LA VOZ DE LA CONCIENCIA

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CAPÍTULO 12: LA VOZ DE LA CONCIENCIA

Blaine llegó a su apartamento con el semblante serio. Era consciente de lo que acababa de hacer y de las consecuencias que le podría traer. Sam lo miró preocupado pero pronto entendió que no era algo a tratar delante de Cooper. El menor se sentó junto a su hermano para contarle todo lo ocurrido ese día. El niño le hablo hasta de la visita de Sebastian, lo que provocó que el moreno mirara a su amigo con una ceja alzada. Sin embargo no quiso entrar en detalles, no era el momento. Como era de esperar, el pequeño consiguió un castigo por escuchar conversaciones de mayores.

Cuando el menor se despidió de los dos para ir a dormir, el ojiverde preparó un par de tazas de té y se sentó junto a su amigo. Los dos se miraron en silencio, temerosos de contarle al otro lo que tenían pendiente. Al final, el ojimiel se decidió por ser el primero.

– Me he acostado con Kurt. – El más bajo comentó.

– ¿Qué? – La sorpresa se reflejó en el rostro de Evans.

– Se acercó a mí y me besó. Yo simplemente no pensé en nada. Me dejé llevar.

– ¿Qué sientes por Kurt? ¿Qué sientes por Dave? – El más alto lo miró.

– No lo sé... ¿Cómo se puede saber si estoy enamorado si realmente nunca lo he vivido? Todo el mundo ha visto el amor en sus padres, en sus abuelos, en sus tíos... Yo no, jamás he visto a dos personas enamoradas. No sé que es el amor. Sólo tengo una cosa clara, que quiero a mi hermano con toda mi alma y que tú eres mi mejor amigo. Fuera de eso no sé nada más. Vosotros sois mi vida y sois lo único que necesito. – Anderson se pasó las manos por la cara desesperado.

– Sabes que yo estoy a tu lado para lo que sea, ¿verdad? Ni Cooper ni yo te vamos a dejar solo. Tómate el tiempo que necesites para pensar, para aclarar tus sentimientos. Sólo tú eres el que sabe lo que sientes y puede que ahora no lo descifres pero llegará un momento en el que todo esté claro.

– Hoy Dave no ha podido venir a buscarme porque tenía una reunión familiar pero mañana cuando lo vea hablaré con él. No quiero ser de esas personas que tienen amante. Yo no soy así y creo que le debo sinceridad.

– Tienes un gran corazón y eres una gran persona. Espero que todo salga bien.

Sam abrazó a su amigo, deseaba poder ahorrarle todo ese sufrimiento. Si la vida fuera justa, Blaine no conocería el dolor. Porque era alguien que no hacía daño a nadie, que sólo miraba por su hermano. No le importaba lo que él pudiera sufrir si el menor estaba bien. Cuando se separaron, el rubio sonrió.

– Podrías haberme dicho esto ayer.

– ¿Por qué? – El moreno lo miró intrigado.

– Sebastian ha venido a pedirme que le ayude para que Kurt y tú seáis pareja. Le he dicho que no pero si llego a saber ésto le habría dicho que me lo pensaría. – El ojiverde comentó despreocupado.

– ¿Qué? – Se sorprendió el más bajo.

– Yo he defendido a Dave diciendo que era la mejor opción para ti y que dudaba que Kurt lo fuera. Habías conseguido estabilidad y temía que Sebastian pudiera hacerte algo que te dañara. Pero si tienes dudas... Yo haré lo que tú me pidas, aunque tengo un par de reservas con respecto a Kurt, si es tu elección yo lo respetaré y te apoyaré.

– ¿Cuáles son tus reservas? – El ojimiel frunció el ceño.

– Está siendo infiel a su marido repetidamente. Eso es algo que no quiero para ti. Quiero que la persona con la que estés sea fiel, te ame y te cuide.

– Eso lo entiendo.

– Pagó por tus servicios aun sabiendo que no te sentías cómodo. Sabía por lo que habías pasado y aun así prefirió su satisfacción a respetarte. Eso es algo que me costará perdonarle. – El más alto aclaró.

– Lo sé, siempre parece que a ti te duelen todas esas cosas más que a mí.

– Alguien tiene que cuidar por ti.

Los amigos cambiaron el tema de conversación para intentar relajarse un poco antes de irse a dormir. Las risas volvieron a inundar ese apartamento. Podría ser que no fuera el lugar más lujoso o hermoso del mundo, pero era su lugar, donde ellos habían encontrado su felicidad.

Blaine abrió la puerta después de que sonara el timbre y se encontró a Karofsky frente a él. Lo invitó a pasar y recibió el beso en los labios a modo de saludo. Le pidió que se sentara y lo miró serio.

– Dave, yo... Siento algo muy fuerte por ti, quiero que eso quede claro. Te quiero mucho, eres una persona que ha estado apoyándome sin cuestionar ninguna de mis decisiones...

– ¿Pero...?

– Tengo dudas de lo que siento por ti. No sé si estoy enamorado o sólo es amistad. Yo... Me he acostado con otro y... No sé, lo siento...

El más alto lo miró dolido. Esa confesión era algo que no se esperaba. El menor le estaba confesando sus sentimientos y eso dolía. Una solitaria lágrima salió de uno de sus ojos y la limpió rápidamente con su mano. No iba a mostrarse débil.

– Creo que todo está claro. Será mejor que me vaya. No me busques, no quiero que volvamos a vernos.

Anderson asintió, entendía perfectamente que el otro no quisiera verlo. Aun así no pudo evitar llorar cuando se quedó sólo. Su domingo no empezaba nada bien.

Sam y Blaine decidieron llevar a Cooper al parque. Se iban a reunir varios amigos para jugar al fútbol. Entre esos amigos estaba Finn, por lo que pronto vieron a Kurt con él. El castaño se acercó a ellos con una sonrisa. Estaba solo, ni sus padres ni su marido lo acompañaban.

– Están emocionados, espero que se diviertan. – El ojiazul comentó mirando a los otros dos.

– Jugando al fútbol, seguro. – El moreno sonrió.

Los dos comenzaron una conversación bajo la atenta mirada de Evans. El rubio se sorprendió porque reconoció en su amigo determinados comportamientos que no eran habituales en él. Si no lo conociera bien juraría que estaba coqueteando. Había entre ellos una conexión que era más que evidente. Se preguntaba como era posible que Adam no prestara atención a la situación. Sin embargo, decidió que esperaría a que su mejor amigo resolviera sus dudas, no quería hacer algo de lo que después tuviera que arrepentirse.

La semana siguiente fue la primera de Blaine como responsable de la tienda. No tuvo excesivos problemas aunque tuvo que hacer alguna llamada a Kurt para consultarle cosas. Por las tardes, Victoria le ayudaba, lo que era agradable porque así tenía con quién hablar cuando no había clientes. Después, Hummel se acercaba para hacer la caja y cerrar. Sin embargo, todos los días acababan en el almacén, dando rienda a la pasión.

Victoria disfrutaba de las visitas que Sam hacía a la tienda por las tardes con Cooper. Cuando los dependientes estaban libres, el niño saludaba a su hermano y le contaba todo lo ocurrido en la escuela mientras que el rubio hablaba con la joven, una chica de dieciocho años que estudiaba arte en la universidad. Tenía una larga melena castaña, los ojos grises y muchas pecas. La sonrisa de la joven era encantadora. Sin embargo, Evans intentaba mantener la distancia. Era consciente de su profesión y no se atrevía a relacionarse con chicas. Sus dos anteriores intentos habían sido unos fracasos absolutos y no se sentía con ganas de otro más.

El viernes estaban allí cuando el móvil del ojiverde sonó. Se disculpó y se alejó para atender la llamada. Blaine miraba de reojo a su amigo hablando y la sonrisa que iluminó su cara consiguió tranquilizarlo. Sam se acercó a él a paso rápido y lo abrazó.

– ¡Mi padre encontró trabajo! – El más alto gritó.

– ¡Es genial! ¿Eso significa...? – El moreno preguntó aunque no lo terminó, el otro sabía a qué se refería.

– Sí... ¡Por fin!

– ¿Por fin qué? – Kurt llegó en ese momento y preguntó.

– Nada. – Evans cortó la conversación. El castaño lo miró con desconfianza pero no dijo nada, no quería presionarlo para que le contase lo ocurrido.

Amor o Pasión (Glee Fanfic boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora