Capítulo 16

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Las Vegas, el infierno en Tierra. Lugar del pecado.

TaeHyung no sabe de la existencia de MinJae pues el único que puede verlo es JungKook, claro esto puede cambiar cuando el demonio quiera o cuando su señor se lo pida e inclusive JungKook por obvias razones.

El auto se detuvo en la residencia más grande y lujosa del lugar.

La ciudad estaba nublada, haciéndolo parer más tarde de lo que en realidad era.

— La casa de mi padre es muy bella, ¿cierto Minjae?— susurro girando su rostro para ver al mencionado, pero este se había ido.

— ¿En donde estamos?— pregunto confundido.

¿Era hora de la verdad?

¿Cómo decirle que estaban al otro lado del mundo en sólo minutos?

— Estamos en otra casa de mi padre. No te preocupes por nada, bebé.

Se pasó a los asientos traseros junto a Tae.

— Esto luce diferente. Sabes a lo que me refiero. No luce cómo Corea.— el chico no eran tan despistado.

El pelinegro beso sin previo aviso a TaeHyung, haciendo que este jadeara.

— JungKook, ¿qué es esto?— preguntó evitando jadear por el placer.

Pregunta incorrecta...

— ¿Quién eres, JungKook?

Bingo.

JungKook se aparto bruscamente del cuello del menor.

— ¿En verdad quieres saberlo?— pregunto lamiendo  sus labios, tan seductor, tan experto, tan corrompido.

El castañito fue testigo de cómo los ojos del pelinegro se hacían más oscuros y profundos, llenos de lujuria, ardiendo en pecado puro. Sus ojos eran cómo mirar un poso, un poso sin fondo y que en definitiva una vez dentro no iba a salir jamás.

Esa miraba tan lasciva había prendido al menor en sobremanera, jamás la había visto en el pelinegro, ¿le seguiría gustando después de saber la verdad?

Tae se congeló, quería saber la verdad, pero le daba miedo saberla.
Estaba consciente que JungKook era algo oscuro, algo peligroso, algo malévolo, algo así como el pecado más grande que cometería.
Su parte racional le decía que huyera, pero él no quería irse

— Q-quiero saber.— tartamudeo.

¿En verdad lo quería?, ¿no era mejor vivir en la ignorancia?

JungKook se veía como cazador hambriento a punto de atacar a su presa indefensa y pura. Listo para corromper su alma y hacerlo suyo.

JungKook salió del auto, dejando la puerta abierta para el castañito, le dio su mano para que saliera y esté la tomó inseguro.

— Estamos en Las Vegas, ciudad del pecado, infierno en Tierra.— soltó la mano del castaño y sacó de su chaqueta de cuero un cigarro perdiéndolo con un encendedor color negro.

El castañito estaba en shock, ¿había dicho ciudad del pecado?

Un escalofrío recorrió su espina vertebral.

— Entra a la casa, cariño.— hablo más dulce para TaeHyung. Tal vez esto evitaría que saliera huyendo o tal vez no.

TaeHyung se adentró a la lujosa casa seguido de JungKook, el castañito suspiró pesadamente.

JungKook prendió solamente la chimenea pues el lugar estaba oscuro debido a las grandes cortinas que impedían el paso a la poca luz de afuera. 

Al castaño se le erizó la piel, el ambiente le parecía bastante familiar.

Te haré pecar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora