Capítulo 18

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La luz a dejado de ser luz sólo para convertirse en oscuridad.

Había amanecido pero eso no se lograba ver gracias a las cortinas.

— Me dirás la verdad.— Habló el castaño en el pecho desnudo del pelinegro, sorprendiéndolo pues pensó que Tae estaba dormido.

— Bien.— acaricio el cabello de TaeHyung para después besar su frente.

— Tienes que morir.— susurró

— Obviamente.— el castaño rodó los ojos.

El pelinegro iba a hablar pero su teléfono lo interrumpió.

Tomó el teléfono y contestó la llamaba.

— Hola.—
~ JungKook.
— Padre, ¿qué pasa?—
~ BaeHyun cayó en la trampa, ahora está con MinJae pensando que es Taehyung. Seguramente se tardará en darse cuenta. Puedes volver con TaeHyung, pero ten  cuidado con el ángel.~ sonaba cansado.

— ¿Cuál ángel?— preguntó frunciendo el ceño.
~HoSoek, no puede matarlo antes de tiempo.~
—Papá, ¿De que hablas?
~Te lo diré más tarde, cuando hallas regresado a Corea.~ sin esperar respuesta Hades termino la llamada.

JungKook soltó un pesado suspiro. Sabía a lo su padre se refería, quería ignorarlo de verdad quería. Pero parecía que el final estaba cerca.
Pese a que se crió en el infierno, no sabía si estaba listo para aquello.

Tallo su cara, frustrado.

— Nos vamos, sube al auto y espérame en el.— beso a TaeHyung y se levanto de la cama.

TaeHyung obedeció y se sentó en el asiento del copiloto esperando a JungKook.

JungKook salió sin ser visto por el castaño y se dirigió a un casino.

El pelinegro les dio todo que lo desean aquellas personas que se hallan en el casino. Algunos querían dinero, otros sexo, otros drogas, otros fama, otros amor, etcétera.
¿Qué es lo malo de eso?
El problema radicaba en que aquellos deseos cumplidos eran proveedores del infierno.
Bueno, nada es gratis y JungKook lo sabe.
Esas personas le servirían más adelante.

Un último pecado, sólo uno.
En ocasiones el final es el principio.

Habían desayunado y paseado un poco por Las Vegas

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Habían desayunado y paseado un poco por Las Vegas.

La tarde cayó rápidamente.

— ¿A donde vamos?— preguntó el castañito.

— Iremos a un casino, cariño. Tal vez puedas pecar en el.— desvío su miraba de la carretera para ver a TaeHyung, sonrió lascivo y levantó una ceja.
Joser, se veía tan encantador y deseable haciendo eso.

Llegaron al casino en el que JungKook había estado antes.

Cuando JungKook puso un pie en ese casino el ambiente se hizo pesado, perturbador, agobiante, pero extrañamente cómodo.

Te haré pecar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora