Como pude llegué al hospital más cercano.
La chaqueta de Matt estaba arruinada al igual que mi brazo.
Un doctor me revisó y me dijo que la cortadura fue leve, que no necesitaba puntos. Me la vendaron y me mandaron una crema para que cicatrizara bien.
En menos de una semana ya había estado en más hospitales que en toda mi vida. Del hospital llamé a la abuela y casi da el grito en el cielo, llamó a Carlos para que me fuera a buscar.
Mi hermano había llegado en el carro de su mejor amigo acompañado de este.
Pagó rápidamente la consulta y me ayudó a subir al auto.
—Hola Mark, perdón por hacerlos levantar a esta hora.
—Tienes suerte que esté un poco enamorado de ti- dijo en broma.
—Tú y yo hablaremos en casa- me reprendió Carlos.
Cuando llegué a la casa, le di las gracias a Mark y nos bajamos de su auto.
La abuela me estaba esperando despierta en la mesa donde comíamos.
—Niña estaba muy preocupada por ti, mira la hora que es.
—¿Dónde estabas? - me preguntó Carlos con una mirada penetrante.
—Ya les dije, con jade dando un paseo.
—¿Y por qué tiene una chaqueta de Red Devil?
—Porque todos tenemos una.
—No me creas imbécil Minnie, no vas a ninguno de mis partidos de lacrosse, a ti no te interesa el deporte, y no saliste con esa chaqueta de la casa, ¿De quién es?, si saliste con un chico no nos lo ocultes.
—¡Bueno ya! Suficiente- reprendió la abuela en español —Vayan a sus cuartos es muy tarde, mañana le diremos a Sofía lo se pasó.
—Por favor no le digan que me lastimaron, no la quiero preocupar, solo díganle que me robaron el celular.
Cuando desperté eran las diez am, había dormido como una bebe.
Por supuesto no iba a ir a clases.
Desayuné lo que había hecho la abuela, Carlos y Rose se habían ido a la escuela y yo me tomé el tiempo de llamar al taller y decir que no iba hoy por cuestiones de salud.
También llamé a Sofía, gracias a dios no me reprendió ni nada por el estilo, ella era la persona más compresiva que existía en este planeta, me dijo que me iba a mandar un teléfono cuando pudiera.
Hablaba con ella todos los Días, y me dijo que todo estaba bien en su trabajo y que le encantaba.
Aproveché el día para estudiar, me cambié la venda y me tomé una pastilla para el dolor.
Todo el tiempo me la pasé pensando en Matt y en nuestra cita.
Debo admitirlo, estoy empezando a sentir cosas por él, no solo físicamente, ayer sentí que me conecté verdaderamente con él.
Me sentí tan cómoda, aunque me ponía nerviosa. En todo momento se comportó como un caballero, sentía mariposas en el estómago cuando lo veía.
¡Rayos!
Me estaba enamorando.
No sé qué quería de mí, pero no quería salir lastimada, este año al ser el último es el más importante, no puedo dejar que me distraiga. Y eso era lo que estaba haciendo.
Tal vez, si tenía buenas intenciones conmigo, y solo debería dejarme llevar.
No lo sé.
Cosí la chaqueta de Matt como pude, para mi sorpresa quedó estupendamente bien.
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Nada más que la verdad
RomanceMellanie Fernández trabaja en un taller mecánico arreglando autos para así ayudar a su hermana en casa y ahorrar para los gastos escolares. Ella estudia en un instituto costoso, codeándose con los hijos de las familias más adineradas de Londres, do...