💫Destinados a estar juntos💫

capítulo 32

Sally

Como estaba aburrida, decidí salir a caminar un rato por la playa. Los chicos estaban en el hotel, algunos descansando y otros preparándose para la carrera que será mañana.

Rayo a estado un tanto nervioso últimamente y eso hace que no lo soporte pero igual lo quiero así. Se pone de ésta manera porque el título de mañana es muy importante y para él será todo un desafío ya que no acostumbra a correr en éstos tipos de circuitos.

Era un atardecer hermoso aquí en la playa, el día no estaba frío, sino que cálido y eso lo hacía perfecto. Estaba tan concentrada en mis pensamientos que no me di cuenta cuando alguien se sentó a mi lado y me observaba. Hasta que me sentí muy incómoda por la mirada que decidí voltear.

Francesco.

Él está aquí. A veces se me cruza por la cabeza que este chico rarito me está persiguiendo. Pero al ver que trae ropa deportiva, debe significar que salió a correr.

–¡Qué onda, Francesco!– dije sin mirarlo

–Sali a correr un rato– lo suponía– y te vi aquí… sola. Y quise acompañarte aunque sea un rato

–Ok, si tú quieres– nos quedamos en silencio un largo rato

–Quiero disculparme contigo Sally– soltó de repente–. Hice muchas cosas malas cuando estaba contigo y bueno lo del otro día– lo miré

–Con una simple disculpa, yo no me conformo. Porque todo el daño que me hiciste, no se perdona así de rápido– asintió

–Yo se que engañarte con ella fue un error pero…– negué

–Pero nada, Francesco– dije con firmeza–. Lo hecho, hecho está y no lo puedes reparar– miré al frente

–¿Hace cuánto tiempo estás con McQueen?– preguntó y rodé los ojos

–Ya me preguntaste eso…después de lo que pasó en la fiesta con mí cabello– dije

–No recuerdo que me hayas respondido– dijo

–De que estuvimos saliendo, es un mes– asintió–. Y de que somos novios, unas dos o tres semanas

–¿Por qué lo elegiste a él?– me encogí de hombros

–No lo sé todavía pero yo creo que es porque no hay nadie como yo quien lo entienda y lo haga pensar en lo que debe hacer– dije

–Siempre fuiste así– sonrió y asentí

–Pase por muchas cosas y bueno, ahora no quiero que las personas que más quiero pasen por lo mismo que yo– dije

–¿Y que sería, además de lo que yo sé?– lo miré

–Que no sean estúpidos en creer en personas que luego te lastiman porque no le das lo que quieren– agachó la mirada y se quedó en silencio–. Yo la verdad quiero saber ¿Por qué lo hiciste?– pregunté

–Porque fui un estúpido, caí en su trampa – reí

–Caíste muchas veces hasta que la dejaste embarazada– dije

–¿Embarazada?– asentí–. ¿Cómo que embarazada?– preguntó con incredulidad

–¿Quién está embarazada?– dijo una voz detrás nuestro. Nos volteamos y vimos que Rayo estaba ahí

–La chica con la que me engañó éste imbécil – dije y él asintió y se sentó a mi lado

–Yo no sabía que estaba embarazada– dijo en una especie de transe