capítulo 53

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McQueen

Ya en el hotel, todos se estaban preparando para tomar el vuelo hacía Estados Unidos que saldría en unas dos horas o menos. El sargento había conseguido un avión y por eso nos iremos en tan sólo horas.

Yo estaba en mi habitación junto a mi hija ordenando la maleta de mi pequeña mientras ella me observaba.

–Papi ¿Por qué tenemos que irnos?– preguntó

–Tu mami nos necesita– dije y ella me miraba con confusión

–¿No iremos a Disneyland por culpa del bebé?– preguntó enojada

–No es eso, hija– dije–. Mamá no se siente bien y tengo que estar con ella – le expliqué–. Pero te prometo que iremos a Disneyland. No será ahora pero iremos

–Si como digas– rodó los ojos y me recordó a Sally. Es igual a su madre–. Me voy con el tío Mate – dijo y bajó de la cama–. ¡Tío Mate!– gritó y salió corriendo. Hasta es igual de gritona que la madre

Terminé de ordenar todo y llevé las cosas a la sala. Los demás estaban sentados en los sillones y veían una película de princesas con Lila. Ella cantaba las canciones y Mate le seguía con los coros. Los demás reían y yo me acerqué a ellos y me senté en el piso junto a mi hija.

–Tú no te sientes a mi lado– me dijo con el ceño fruncido y los brazos cruzados

–¿Por qué? ¿Qué hice yo?– pregunté y ella entrecerro sus ojitos y luego me mostró el dedo del medio–. ¡Hey! Atrevida. Soy tu padre, no puedes hacerme eso– dije

–El tío Luigi me lo enseñó– dijo y todos miramos a Luigi

–¡Se suponía que era un secreto de nosotros dos!– dijo Luigi y ella rió–. Además, se lo enseñé para que se defendiera

–Bueno, está bien– dije y luego la tomé en brazos a mi princesita

–¡No! ¡Sueltame viejo feo!– dijo y reí por eso. Le di muchos besos por todo su rostro y ella se ponía más inquieta

–Pero si tú eres mi bebé– dije–. No quiero que te enojes conmigo– la abracé y ella seguía enojada–. ¿No vas a hablarme?– pregunté y negó

–Mamá me enseñó a ignorar a la gente extraña– dijo y los demás rieron

–Pero soy tu papá y no un extraño– dije con una sonrisa

–Abuelo, ese hombre me está hablando y no sé quién es– dijo mientras se levantaba del suelo e iba con el sargento

–¿Ah sí? Entonces vamos a tener que meterlo a la cárcel – dijo el sargento cuando la tomó en brazos y ella asintió para luego mirarme y mostrarme la lengua.

—¡Es terrible!— dije —. Oigan, ¿Cómo pueden estar viendo ésta película si está en japonés?— pregunté y todos se miraron entre sí—. ¡Son unos tarados!— me solté a reír y ellos también

—¡Sólo entendíamos las canciones porque están en inglés!— dijo Mate riendo

—¡Ay dios mío!— dije —. Hoy hablé con él organizador de la carrera y nos permitió retomar la competencia en Italia— les conté

—Entonces vamos a estar preparados para ese día— dijo Luigi

—Nos quedan dos semanas hasta la carrera de Italia— dijo Fillmore

—¡Si ustedes quieren, se pueden ir a Italia y yo los encuentro allá!— dije —. Es para evitar tantos viajes y así también tienen una semana libre para descansar y conocer el lugar.

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