─ ☘️ 𝙎𝙏𝘼𝘾𝙔! | ❛SOLO LOS VALIENTES ARRIESGAN SU VIDA POR OTRAS PERSONAS.❜
↳ 𝐺𝑊𝐸𝑁 𝑆𝑇𝐴𝐶𝑌 pasa por
la adolescencia un
tanto no normal ya
que comienza a juntar...
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PASARON MINUTOS, TAL VEZ HORAS, Gwen había esperado sentada en una de las sillas del comedor, mientras todos bailaban y gritaban. Ned se encontraba a su lado, los dos parecían unos resignados a la vida, o eso había dicho Michelle.
-¿Quieren al menos sonreír? Parecen dos momias de las feas -dijo Michelle, apoyada en la mesa con los brazos cruzados, a un lado de Gwen.
-Peter no volvió, me dejó como a un pez alrededor de tiburones -dijo Ned, tomando un poco de jugo.
-¿Y a tí que te pasa? -preguntó la morocha a Gwen. La cual miraba a los adolescentes bailar.
-Solo... estoy cansada, debo irme -dijo Gwen, levantándose de la silla.
Michelle arqueó una ceja en su dirección.
-*tos* Peter *tos* -murmuró Michelle, Gwen sólo le envió una mirada para que se callara-. Okey, sólo digo que eres una cobarde al ocultarlo. Y ya todos nos dimos cuenta.
-Nos vemos -los saludó Gwen, para luego dirigirse a la salida.
No había visto a Liz en toda la noche, Betty le había dicho que Liz estaba persiguiendo a un grupo de chicos que hacía desastre por toda la casa. Luego estaba Mary Jane, ella había desaparecido con un chico de quinto; y Betty se había ido en cuanto se aburrió.
Gwen logró salir de la casa sin ser atropellada por uno de los muchos adolescentes con adrenalina. Se detuvo en la vereda, y sacó su celular.
"1%
BATERÍA BAJA"
Gwen soltó un bufido. Había estado casi dos horas con el celular y ahora no tenía batería. Volvió a guardar el celular en el pequeño bolso cruzado que traía puesto. No le quedó de otra que caminar hasta su casa, sólo quedaba a díez cuadras.
Al hacer una cuadra, se percató de lo silencioso que estaban las calles por ese lugar, había tenido la idea de qué tal vez por el centro de la ciudad iban a estar muchas personas, así que sería más seguro. Pero no quería perderse, así que solo siguió su camino.
Sintió un poco de seguridad al ver que una pareja iba por la otra vereda y tres chicas de su edad iban por su vereda, cruzándole por al lado. Siguió caminando con más seguridad, observando las casa, las tiendas y los edificios.
Pudo escuchar las sirenas de la policía, lo cual ya era habitual en la ciudad. Luego de unos minutos, vio como una figura se balanceaba -en una fina cuerda,- entre los edificios.
Se detuvo y sonrió al darse cuenta que el héroe arácnido se encontraba escapando de la policía, otra vez. Pero su sonrisa se borró rápidamente cuando una mano tocó su hombro, por instinto se alejó sobresaltada y cuando estaba por pegar un grito se detuvo.
