─ ☘️ 𝙎𝙏𝘼𝘾𝙔! | ❛SOLO LOS VALIENTES ARRIESGAN SU VIDA POR OTRAS PERSONAS.❜
↳ 𝐺𝑊𝐸𝑁 𝑆𝑇𝐴𝐶𝑌 pasa por
la adolescencia un
tanto no normal ya
que comienza a juntar...
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GWEN HABÍA PASADO DOS HORAS EN EL HOSPITAL y luego su madre había ido por ella y la llevó devuelta a su departamento. Cuando abrieron la puerta, todos sus amigos estaban allí esperando.
-¿Cómo te encuentras, Gwen? -preguntó Mary preocupada.
-¿Te duele algo? -preguntó Betty.
-Estoy bien, gracias -dijo Gwen, regalandole una sonrisa.
Luego de haber saludado a Michelle, Ned y Flash, caminó hasta Peter. El cual estaba detrás de todos.
-Vengan compré comida -dijo Helen, para dejar solos a los dos.
-¿Es pastel de chocolate, señora Stacy? -preguntó Ned.
-Algo mejor -dijo Helen y todos la siguieron hasta la cocina.
Michelle antes de entrar a la cocina miró a Gwen.
-¿Vienes, rubia? -preguntó M.J.
-Enseguida los alcanzamos -dijo Gwen y M.J asintió, para luego entrar a la cocina pidiendo una porción de lo que Helen estaba repartiendo.
Gwen miró a Peter, el castaño puso sus manos en sus bolsillos, no podía verla a los ojos, así que tenía la cabeza baja.
-¿Sucede algo, Peter? -preguntó Gwen.
-Debo hablar seriamente contigo -dijo Peter, tomando una postura seria. Gwen frunció su ceño con confusión-. ¿Podemos ir a otro lugar más privado, por favor? -preguntó Peter y Gwen asintió.
-Sí, claro, vamos a la azotea -dijo Gwen asintiendo.
Ambos salieron del departamento para luego subir por las escaleras en silencio y llegar a la azotea. El viento helado golpeó a ambos.
Peter cerró la puerta tras de sí, mientras Gwen se acercaba al borde a ver la vista. Peter soltó un suspiro antes de girarse y caminar hasta Gwen y pararse a su lado, observando la vista. Era de noche y las luces de la ciudad eran hermosas.
-Me gustaría estar así siempre... -murmuró Gwen cerrando los ojos y el viento movió su cabello rubio suelto-, a tu lado -murmuró Gwen. Peter apretó sus puños y miró hacía la calle para no ver a Gwen-. Porque se lo que me vas a decir y no lo quiero escuchar -dijo Gwen, y apretó más sus ojos para que ninguna lágrima saliera de sus ojos.
-Gwen, el por tu bien, es lo mejor... -dijo Peter sin mirarla.
-¡¿Lo mejor?! -Gwen soltó una risa seca-. ¿Lo mejor para quién?
-Lo mejor para tí -respondió Peter.
-No es lo mejor si nos hace sufrir a ambos -dijo Gwen abriendo sus ojos y mostrando sus ojos cristalizados.
-Ser el Hombre Araña implica poner a todos lo que me rodean en peligro -explicó Peter-. ¡Has visto lo que sucedió hoy! -la miró a los ojos-. Cuando te estaba ahogando un colectivo lleno de personas también estaba por caer al agua, sólo tenía dos opciones... No puedo dejar que eso vuelva a suceder, que te usen para llegar al Hombre Araña. Gwen, es lo mejor. Mi deber es salvar la ciudad y ellos -Peter señaló la ciudad- necesitan al Hombre Araña, y mientras él exista... -Peter tomó aire para no sollozar- Peter Parker no puede exponerse y no puede exponer a los que ama.
De los ojos de Gwen salían lágrimas sin cesar. Las sirenas de la policía comenzaron a sonar, alguien se había escapado de prisión.
Gwen se secó rápidamente las lágrimas y miró a Peter a los ojos.
-Vete -ordenó Gwen. Peter apartó la mirada con tristeza y comenzó a retroceder hacia la orilla del borde del edificio. El traje de metal del Hombre Araña se le colocó rápidamente.
Y ya no tenía a Peter adelante, tenía al Hombre Araña. Gwen apartó la mirada.
El Hombre Araña apretó sus manos y luego corrió hasta el borde y saltó desde la azotea, para luego comenzar a columpiarse.
¿Qué sí dolía? Cómo nunca. A ambos le dolía.
Gwen se secó rápidamente las lágrimas y volvió a su departamento, respiró varias veces antes de entrar.
Todos estaban sentados en el living y miraron a la rubia. Gwen les regaló una sonrisa.
-¿Y Peter? -preguntó Helen confundida-. Le guardé un trozo de pastel helado para él.
-Ya saben como es -dijo Gwen sin borrar su sonrisa-, tuvo que ir a ayudar a su tía.
-Que raro -soltó Betty frunciendo su ceño.
Gwen se encogió de hombros.
-Bien, yo me iré -dijo Helen y se despidió de todos. A esa hora era su clase de yoga junto con la madre de Mary. Luego de saludar a todos se fue.
-¡Ven, Gwen, será una noche grandiosa! -exclamó Mary.
-Puedes sentarte conmigo -dijo Flash palmeando su regazo.
-Sigue soñando, pervertido -soltó M.J tirándole un almohadón.
Gwen rió y se sentó al lado de Michelle y Flash.
-¡Mira es tu favorito! -exclamó Betty pasándole una porción del pastel.
-¡Uuh, sí!
-¡Mira un alíen! -gritó Flash y todos miraron hacia la ventana, que estaba detrás del sillón donde estaba Ned.
-¿Qué? Allí no hay nada, Flash -dijo Mary frunciendo su ceño.
Pero cuando todos volvieron a girar sus cabezas para ver a Flash, el chico se estaba comiendo dos porciones del pastel.
-¡FLASH! -gritaron las cuatro chicas a la vez, mientras que Ned se atragantaba con un pedazo de pastel por el ataque de risa que le dió.
Pero en realidad si había algo en la ventana, desde allí, el Hombre Araña los miraba a todos. Los seis reían y hacían bromas, pero su mirada no se apartaba de la cumpleañera.
Todos se levantaron dijeron que irían a un lugar de comida, todos estaban saliendo y Gwen se detuvo para ver la ventana, pero no había nadie allí.
-Gwen, vamos -la llamó M.J.
-Sí -asintió Gwen y cerró la puerta.
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