36| "Hagamos un trato"

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LET'S MAKE A DEAL.

-¿HARRY? -lo llamó Gwen, pero el chico seguía dándole la espalda y agarrando su cabeza

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-¿HARRY? -lo llamó Gwen, pero el chico seguía dándole la espalda y agarrando su cabeza.

La chica se confundió en cuanto escuchó como Harry reía por lo bajo. ¿Qué le sucedía?

Gwen se estaba por acercar a él con una mano extendida, pero la voz de Harry la detuvo.

-Vete de mi casa... -dijo Harry, dejando de reír y diciéndolo en un susurro.

-Pero Harry...

-¡QUE TE LARGUES DE MI CASA, MALDITA SEA! -gritó Harry sin pensarlo. Girando y encarando a Gwen.

La chica quedó paralizada ante el cambio rotundo de su amigo.
Gwen frunció su ceño y se dirigió a la puerta, salió de la casa.

-¡No, Gwen! ¡Lo siento! -comenzó a decir Harry acercándose a la puerta, Gwen se giró a mirarlo.

-Harry, será mejor que pongamos distancia hasta que aceptes que no puedo corresponderte -dijo Gwen-. Adiós, Harry -se despidió Gwen y volvió a caminar por la acera, alejándose de la mansión.

Harry cerró la puerta de un portazo, haciendo que un eco de creara en toda la casa. Pateó el mueble que estaba al lado de la puerta y tiró el jarrón de porcelana al suelo, haciéndolo añicos.

Los pasos apresurados de Mariel-la mucama,- resonaron por el pasillo. Hasta que llegó al living y vió a Harry apoyado con sus manos sobre el mueble, mientras que en el suelo estaban los trozos del jarrón.

-¿Pero qué ha sucedido aquí? -preguntó Mariel sorprendida y preocupada.

Harry dejó salir un suspiro y se enderezó.

-Eso no importa ahora -dijo Harry. Toda pizca de tolerancia y buen humor se habían desvanecidos-. Dile a Jeff que prepare la limusina.

-Pero, señorito Harry...

-No lo volveré a repetir -dijo Harry, sacando su saco de tela del perchero y poniéndoselo.

-¿A dónde piensa ir? -preguntó Mariel preocupada por el aspecto que llevaba Harry. Parecía un loco fuera del manicomio.

Harry se acomodó la camisa y miró a la mujer.

-A ver a un "amigo".

LUEGO DE QUINCE MINUTOS de viaje, Harry llegó al lugar. El taller abandonado estaba abierto. Le dijo a Jeff-su chófer,- que esperara dentro de la limusina.

Bajó del vehículo y un galpón mal tratado se alzó frente a él. Se encontraba cerca de un muelle, el lugar era oscuro. Apostaría que allí iban personas a traficar cosas, a robar e incluso a asesinar. Pero aquello le daba igual. Ellos debían temer de él.

Entró al taller. Ni habían luces prendidas, no podía ver a su alrededor. No sé escuchaba ningún ruido. Sacó uno lentes "de sol" de sus bolsillos y se los puso.

El espejo de los lentes, además de ser oscuros, eran de visión nocturna.

Miró a su alrededor y no encontró nada, hasta que alzó su miraba por un rastro de arena que había por una pared y terminó posandola en uno de los fierros que sostenían el techo en forma horizontal.

-¿Has venido a criticarme? -habló el hombre sentado sobre el fierro, mientras miraba hacia un punto indefinido de la pared del taller.

-¡No, he venido ha ofrecerte un trato! -gritó Harry para que lo escuchara.

El Hombre de Arena giró su cabeza para mirar al chico, alzó una de sus cejas confundido.

-¿Un trato? -preguntó el hombre. Harry asintió-. Habla.

-¡Tú quieres al Hombre Araña, -gritó Harry y el hombre lo miró más interesado- yo puedo dártelo!

-Yo no quiero al Hombre Araña, sólo quiero que salga de mi camino -dijo el hombre.

-¡Entonces te ayudaré a sacarlo de nuestros caminos! -dijo Harry, él tomó el silencio del hombre como para que prosiguiera-. ¡Tengo un plan, podremos deshacernos se él para siempre!

Hubo un largo silencio, Harry siguió esperando una respuesta. Pero vio como el hombre se paró sobre el fierro y luego de un salto bajó del fierro, cayendo de pie frente a él.

-¿Cuál es el plan? -preguntó el hombre con mucho interés.

Harry sonrió con cinismo.

-Luego te lo cuento, pero primero necesito un favor -dijo Harry.

El hombre volvió a arquear su ceja.

-¿Y cuál es ese favor?

-Verás, necesito que saques a Curp Connors de prisión -dijo Harry.

-¿El científico loco?

-Sí, ese mismo -asintió Harry.

-¿Y por qué diablos haría eso?

-Porque si nuestro plan no sirve, él podrá hacer nuestro trabajo en el futuro -explicó Harry-. ¿Y? ¿Qué dices? -preguntó extendiendo su mano hacia el hombre.

Éste observó unos segundos la mano del chico y luego dijo:

-Cuenta conmigo.

-Cuenta conmigo

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✓ STACY, PETER PARKERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora