CAPÍTULO 11

30K 2.7K 295
                                    

“Todos alguna vez carecieron de felicidad”

                  Triste pasado.
                       Mi luna.

Christopher:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Christopher:

Ella pareció tensa, sonrió de lado recargando su peso en la parte inferior del sofá. Pensaba, como si estuviese buscando las palabras indicadas para hacerlo, para sentirse cómoda, o quizás, para sentirse capaz de encontrar el valor suficiente. La mirada le cambió a una pasiva, suspiró viéndome.

—No todos tenemos una vida fácil. Incluso aquellos que aparentan tenerla, son mentirosos, yo, tuve bastantes problemas, era, el problema— se encogió de hombros. Bajó la
cabeza. — Siempre quise tener una vida diferente, te pido por favor que me escuches sin interrumpirme, porque es más difícil de lo que parece, y temo, de verdad temo tu reacción— culminó temblorosa, le tomé sus manos acariciándola, sus ojos se pusieron acuosos.

—Te escucho— solté.

Sabía que había algo dentro de Andrea que se estaba presionando su pecho, acelerando su corazón a un punto doloroso, el miedo, la desesperación, fue como si un aura triste emergiera de sus poros, lo sentí, y me dolió saberla  rota, pero me encargaría de unir cada uno de esos pedazos aún así fuesen los más diminutos.

—Cuando era niña, siempre estuve sola, vivíamos en una región que era más rural que urbana, nunca tuve un amigo hasta que empecé el colegio, aún allí me era difícil hacer amistades. Mamá siempre fue dura, y mi hermano igual, aún así me esforzaba por ser la mejor hija—se detuvo un momento en el que tomó un nuevo respiro.

—Odiaba la indiferencia de mi familia, nunca supe porque siempre fui la hija menos querida o la hermana que siempre culpaban. Me dije a mi misma que en ese entonces fui débil, las cosas me dolían más que a otros. Aunque tiempo después, una trabajadora social me dijo; que las palabras podían crear o destruir, y eso, no fue mi culpa. Cuando cumplí trece, descubrí una forma de quitar ese dolor, causándome uno diferente— recorrió sus brazos con la yema de sus dedos, tomó la manga de la blusa naranja que vestía y la recorrió dejándome ver esas marcas que anteriormente habían causado tanta intriga en mí.

—Yo las hice, cada una de ellas, desde los trece hasta los dieciséis, hasta que, decidí terminar con mi vida, sin embargo por algo estoy aquí, mi hermano me encontró antes de lograrlo— cierro los ojos con fuerza mientras la rabia recorre mi sistema.

Carter está furioso, no con ella, si no con nosotros mismos por no haberla encontrado antes. Me hubiese importado nada, que fuese una niña. La hubiera esperado, hasta que ella lo deseará. No merecía cargar tanto dolor, el dolor del alma, era sin duda, uno de los más horribles sufrimientos.

MI LUNA (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora