CAPÍTULO 21

20.1K 1.6K 177
                                    

“La palabra Siempre, no siempre significa eternidad”

“La palabra Siempre, no siempre significa eternidad”

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


•Amenaza•

Pov: Christopher.

Algo dentro de mí acababa de tener una lucha interna. Como si mis sentidos Licanos buscarán la redención por parte de mi sangre vampírica. Respiré profundo llevándome el olor de desagrado, temor e impresión, dentro de la habitación.

«Idiota»

Esa palabra resonaba en mi cabeza una y otra vez. Miré sus ojos, vi como el dolor se expandía en el pecho de Andrea, incluso saboreé la amargura de las lágrimas que retuvo antes de salir corriendo.

*La heriste*

Gruñó mi lobo interior.

*Lo sé Carter*

—¡¿Por qué le dijiste eso?!—Luciana se puso de pie saliendo del comedor, seguramente en busca de Andrea.  Los demás solamente me miraban confundidos. Camilo lucia confundido.

«Maldición»

Molesto conmigo mismo salí a una gran velocidad subiendo las escaleras hacia mi despacho. Al entrar azote la puerta y empecé a tirar todo lo que arriba de mi escritorio estuviera.  Había perdido el control, esto nunca me había pasado, todo cambió desde que mi parte vampira tomo fuerza dentro de mi cuerpo. Jamás le había gritado a alguien de esa manera, ni siquiera a Alan cuando era un Lobezno., debía calmarme si quería pedirle disculpa a mi Luna.  Apreté mis manos en puño, un olor a perfume de marca y el ruido de la puerta siendo abierta me hicieron dar la vuelta.

—No deberías ceder a tus impulsos Christopher— Gruñí.

—Esto no te importa Caín—el vampiro sonrió con burla, dejando escapar un suspiro cansado.

—Me importa más de lo que crees, ¿sabes por qué? Porque aunque me cueste admitirlo, gracias a ti encontré a mi pareja de vida.

Levanté la cabeza frunciendo el ceño, con lentitud mis facciones se suavizaron, el hombre que siglos atrás llego a pensar en matarme, ahora me agradecía. Las cosas estaban sin duda, girando en un ciclo extraño.

—Y vaya pareja  la que te fue a tocar— hice un gesto de pésame.

—Bueno, ella es… Difícil, pero nada que el conde Borgery no pueda controlar.

—Ellas no tienen idea de lo importantes que son, mucho menos del poder y peligro del que estarán envueltas—. Espeté seriamente observando el exterior por el gran ventanal alojado en mi oficina.

MI LUNA (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora