Christopher no solamente es el Alpha Supremo del mundo, o uno de los primeros líderes de las cuatro manadas más poderosas en la tierra. Tambíen es un lobo que ha vivido más de medio milenio en completa soledad.
Nunca pensó que al perder una apuesta...
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•Como cuento del hadas•
Durante años creí que la felicidad solamente era un estado pasajero, un efímero momento irreal. Conocer vidas, ser parte de ellas, me dije a mi misma infeliz por lo que sucedió con mi familia, desde entonces supuse que jamás tocaría nuevamente la estela de la felicidad.
Pero hoy me siento diferente, es como si en realidad ser feliz significará tener paz contigo mismo, es como si todos fuésemos capaces de ser felices. Pero para hacerlo hay que recorrer un angosto camino, en donde queramos o no, para sonreír de verdad hay que sanar nuestras heridas, o terminaremos hiriendo de la misma manera a los demás, incluso a quienes deberíamos tener que proteger.
Ser Feliz es posible, ser feliz es un trabajo de todos los días, no solo un propósito de año nuevo o una buena noche de discoteca, en realidad es todo lo contrario. Sé que puedo ser completamente feliz, sé que me siento alegre y enamorada, pero para lograr estar al final del angosto camino, necesito perdonar varios dolores, poner bálsamo en heridas abiertas.
Necesito sanar, no por los demás, no por prioridad, si no, porque merezco dejar de sentir que duele el respirar. Volteo hacia atrás, hay tantas cicatrices sin cerrar completamente.
Vivimos dañando a otros a costa de nuestros dolores. Es momento de regresar, curar, perdonar y caminar hacia adelante sin importar el abismo que quede atrás, es momento de sanar sin dañar. Porque merecemos ser felices sin que la felicidad se convierta en un suspiro pasajero.
—Es hermoso —susurré viendo el paisaje al frente. Nunca antes había visto una cascada, y mucho menos congelada. Los rayos del sol pegaban con el hielo creando un espectáculo de colores y transparencias. Como lluvia de arcoíris. Sonreí levantando la cabeza para ver a Christopher. Reí dulcemente.
—Si la vida me quita esto, jamás se lo voy a perdonar —musité mas para mi misma que para él.
—Andrea— Chris me movió para quedar frente a él poniendo sus manos en mis hombros.
—La vida no te quitará nada, lo nuestro será… para siempre.
—En ocasiones el siempre, no significa una eternidad— Le miré a los ojos.
—No en mi vida Luna mía— Espetó.
—¿Lo prometes?— No sabría qué hacer si esto solo fuese pasajero. Si pasará algo y simplemente tal cual hielo golpeando el suelo, se rompiera en mil fragmentos
