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La hermosa coreana de pequeña estatura se encontraba pensando en qué iba a hacer por la inesperada cita con cierta japonesa, definitivamente la vida la odia. Pero debería de ver el lado bueno, podría hacer una nueva amiga.
Mientras pensaba a donde llevaría a la nipona, se dirigía a la entrada de el Instituto para encontrarse con la pelicastaña, y como la vida la ama escuchó la voz de aquella taiwanesa hablarle.

—¡Chae~! ¡Espera!— Ay Dios, aunque quiera huir, no puede negarse a esa hermosa voz.

— ¡Hey! ¿Qué pasa?— dice después de detenerse para verla cara a cara.

—¿Cómo has estado?— la alta estaba sonrojada o era su imaginación por estar tan enamorada. Tantos años sin saber sobre ese sentimiento y una persona que aparece de la nada en su vida ya habita su corazón por completo, pero le encantaba la sensación cada vez que pensaba,veía o escuchaba a aquella taiwanesa.

—Pues he estado bien desde que llegaste a mi vida, fue algo intenso pero en eso no hay duda— pensó con un pequeño sonrojo en sus mejillas— Bien, he estado bien, ¿y tú?— contestó tranquila.

—Me alegro y pues igual he estado bien— sonrió— Oye...— hizo una breve pausa y la baja puso total atención a sus palabras— Me preguntaba si te gustaría, no sé, salir un rato, socializar un poco más en estos momentos— explicaba mientras movía sus manos de una manera extraña.

Al escuchar eso, la coreana estaba segura completamente que el mundo estaba en su contra.

—Benditas y malditas puertas— pensó la coreana— me agrada la idea de socializar un poco más pero será para otro día, en estos momentos tengo que recompensar a tu compañera de baile por el golpe que le di— explicó mientras se rascaba la nuca— perdón— y se hizo el silencio.

— ¿A ella la "recompensas" y a este hermoso rostro lo dejas con una nariz mal?— dijo señalando su nariz.

—Pero que cambio de actitud— pensó la coreana. A comprobado que se enamoró de una bipolar, demonios...— No es mi culpa que te hayas desaparecido de la nada— mencionó la baja encogiéndose de hombros mientras la taiwanesa hacía una expresión de indignación, y justo cuando la alta iba a contraatacar...

—Perdona la tardanza, ChaeChae— y como si pareciera que la vida empezaba a quererla, la nipona llegó a salvarla de una plática que sabía que no terminaría bien.

Mientras la pelinegra agradecía la interrupción de la nipona, la alta se quedó pensando en la forma en que llamó su compañera de baile a la coreana. A pasado un día desde que supo de su existencia, ¿cómo demonios le habla con tanta confianza? Ella apenas y puede decirle un "Hola" sin tartamudear, porque si, puede llegar a ser muy tímida aunque su rostro refleje "muéranse todos".
La taiwanesa tenía un poco de fama en el instituto por ser hermosa, pero sólo aprecian aquella belleza a distancia por temor a morir, son ridículos y lo tenía muy presente. Pero se le hacía realmente extraño que no supiera la baja de su existencia hasta aquel día.

—No te preocupes— respondió la más baja a la japonesa— Hablamos más tarde, Tzuyu-Ah— la coreana sacó un papel y un bolígrafo de su mochila mientras anotaba algo— Toma— dijo mientras extendía su brazo con aquel papel— Es mi número, así podremos estar en contacto— dijo sonriendo.

—Oh, genial— respondió mientras agarraba aquel papel.

—Entonces...¿nos vamos?— intervino la nipona con un tono un poco incómodo al estar fuera de la burbuja de las dos personas presentes junto a ella.

—Cierto, vamos— dijo— Hasta luego, Tzuyu— dijo despidiéndose para así marcharse junto a la nipona dejando a una Tzuyu con la palabra en la boca y una mano aún extendida con el número de aquella coreana.

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Ya habían pasado horas desde que Tzuyu llegó a su casa, ya había anotado el número de la coreana en su celular desde el momento en que llegó a su casa y se aventó a su cómoda cama y desde ese entonces tenía un debate mental en si enviarle o no un mensaje. El "Hola Chaeng, soy Tzuyu " ya estaba escrito desde hace aproximadamente tres horas y no tenia el valor de hacer tan sencillo paso, tocar el botón de enviar.
Acerca el pulgar a el icono pero inmediatamente lo alejaba y bloqueaba el celular, y sí, ya llevaba algunas horas repitiendo el mismo proceso. De nuevo desbloqueó el celular en el chat de la coreana y al verla en línea aventó por tal vez trigésima quinta vez, pero al escuchar ese sonidito que te confirma que el mensaje se ha enviado... juró que se hizo más rápida que flash en esos momentos. Envió el mensaje accidentalmente.

Se sorprendió al ver que su mensaje fue contestado inmediatamente.

CHAT

TZUYU
Hola Chaeng, soy Tzuyu uwu

CHAENG <3
Hey Tzuyu-Ah~  ¿Cómo estás?

TZUYU
Oh, estoy bien, ¿y tú?

CHAENG <3
Me alegra saberlo :3, y yo me encuentro perfectamente bien uwu

TZUYU
Al parecer te fue muy bien con Mina, ¿no?

—¿Por qué demonios le pregunté eso?— se preguntó la alta.

CHAENG <3
Oh, pues la verdad si, resultó ser muy agradable :3 Me alegra el hecho de saber en que tendré una nueva amiga jaja

—Demonios...

TZUYU
Oh genial
Lo siento pero ya es tarde y debo dormir, esta belleza cuesta uwur

Definitivamente debería de dejar de juntarse con Nayeon.

CHAENG <3
Oh vale... nos vemos mañana edificio andante, descansa~

TZUYU
Descansa duende :b

Después de enviar ese último mensaje bloqueó el celular y lo dejó en la mesita de noche.

—Nos hablamos formal y después esto— bufó— Es extraño pero divertido— dijo terminando con una sonrisa para al fin cerrar sus ojos y dormir felizmente por cierta enana que le provoca sentimientos que nunca había experimentado en su vida.

No creía en el destino hasta ahora, está segura que no fue por simple casualidad que ese día la coreana llegara a salvarla y poco a poco le diera algo de felicidad a su vida.

You are all that I need [CHAETZU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora