¿Ready?

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Gumball se despertó y miró a su lado. Ahí estaba el pelinegro, durmiendo, respirando tranquilo. Sentía ganas de abrazarlo, de besarlo. No sabia que era exactamente que era lo que le atraía de él, pero se sentía muy bien cuando estaba a su lado. Sonrió, pero la sonrisa se le borró pronto al ver como el vampiro fruncía el ceño y paulatinamente su respiración se aceleraba.

-Marshall... -Lo movió para intentar despertarle, debía de estar teniendo una pesadilla.- ¡Marshall!

El nombrado empezó a murmurar cosas en un idioma que no llegaba a descifrar cual era. Se estaba agitando más.

-¡¡Marshall!! -El pelinegro se despertó de golpe. Estaba sudando e hiper ventilando.- ¿E-Estas...? -Sin decir nada se levantó, cogió su paquete de tabaco y salió al balcón.-

Gumball estaba preocupado. ¿Qué demonios le había pasado? Quizás no debía molestarlo. Finalmente decidió quedarse en la cama esperando a que volviera. Se quedó dormido pensando Marshall.

Amaneció y el primero en levantarse fue el pelirosa, que tenía que ir a trabajar. Despertó a su amante, que también era su alumno y tenía que asistir a clase.

A regañadientes se vistió los dos tomaron el camino hacia la escuela.

-Míralos, por ahí van. -Le susurró Marceline a su novia.-

-Ya los veo, ya... ¿Y dices que no se acuerdan de nada?

-Nada de nada.

-¡Que frustrante!

-Bienvenida a mi mundo. -Dijo la pelinegra mientras soltaba una pequeña risa.-

La Princesa Chicle simplemente sonrió. Se tomó de la mano con Marceline, tenía que recuperar el tiempo perdido.

Aquel pensamiento le hizo reflexionar, ¿cuanto tiempo llevaban en aquel mundo? Miró a su novia y decidió preguntarle.

-¿Llevamos aquí mucho tiempo?

-Bueno... Algunos llegamos antes que otros. Yo llegué de las primeras, junto con la Princesa Llama, aunque ella al parecer sigue sin recordar nada.

-¿Y tu desde cuando estas aquí?

-Desde... Bueno... 2do año creo...

La pelirosa sonrió. Deseaba tanto a la vampiresa. Ahora ambas eran humanas, su piel no era de caramelo y la de Marceline ya no estaba gris y sin vida, si no que ahora eran de un fino color rosado que las hacia parecer muñecas de porcelana. Se preguntó si era buena idea volver a Ooo, después de todo, allí las cosas eran más complicadas. Ella era princesa y Marceline, que aunque siendo reina lo hacía gran cosa, también tenía su vida y sus cosas que hacer y al final acababan viéndose con suerte dos veces a la semana.

-¿Por qué me miras así? -Preguntó la pelinegra.-

-Solo pensaba que te ves realmente bonita con la piel así. Blanca como la nieve.

-A-Ah... Gracias, supongo...

-De verdad te he echado de menos. -Confesó la pelirosa.-

-Creeme que yo también lo he hecho.

La princesa esbozó una gran sonrisa y se apegó mas a la mayor, le gustaba que Marceline la mimase solo a ella, puede que no lo pareciera, pero la monarca era terriblemente celosa.

Las dos muchachas llegaron a clase y se fueron cada una su respectiva clase, Marceline decidió sentarme con Marshall. Estaban detras de Finn y Jake. Los dos amigos no paraban de imaginar monstruos que construían a base de lapiceros. Desde luego su imaginación seguía igual de activa que siempre. Estuvieron esperando al profesor unos minutos, hasta que Mr. Petrikov, que estaba en la clase de al lado, paso a avisar de que tenían la hora libre ya que el profesor de turno estaba enfermo. 

Always with you [Gumlee/Bubbline]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora