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—Bebé dime ya que sucede.

Jimin estaba molesto, y sabia que lo estaba conmigo, su tono de voz cambió, ahora me evitaba y estaba serio y no entendía, si ayer estabamos tan bien, no podia solo creer que de un día a otro mi chico cambiara de parecer.

—No pasa nada.

Él estaba concentrado en su bolsa de papitas y su lata de sprite, sentado en él sofá de la sala mientras miraba una pelicula que no me importaba, solo queria arreglar las cosas con él.

Él día estaba frio y solo quería acurrucarme con mi bebé.

—Dime ya mi amor, no podemos seguir así, necesitamos arreglar las cosas.

Me senté a su lado y aparté toda la comida chatarra de su alrededor, al ver que aun no tenia su atención tomé él control de la mesa y por ultimo apagué él televisor.

—Estaba viendo eso.

—Park Jimin, deja ya de actuar así y cuentame que es lo que ocurre.

Él bajó la mirada algo triste. No queria ver a Jimin triste y mucho menos por mi causa, opté por abrazarlo y darle confianza con mis mimos, sabia que él no se resistía a que fueran dulces con él. Jimin siempre tuvo un gran corazón.

—Hyung dirá que es tonto.

—No amor, te escucho.

Unos segundos de silencio.

—Esa chica...

—¿Cual chica?

—Para la que escribes canciones, ella... Ella no me agrada.

Oh, mi novio estaba celoso.

—Jimin ¿Pasó algo entre ustedes?

—A ella le gustas hyung.

Su tono de bebé herido me conmovió. Jimin era una bola de ternura.

—Pero a mi no me gusta ella y pronto voy a terminar su última canción y no la volverás a ver cerca de mi cariño.

Eso pareció aliviarlo y para despejar sus dudas besé sus gruesos labios llenos de chocolate y doritos. Jimin tenía que entender que solo tenia ojos para el.

—Soy solo tuyo Park Jimin.

Ese niño me tenia en sus pequeñas manitos.

Dejame amarte, bebé. «Yoonmin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora