Capítulo 2

695 32 15
                                    

Mi equipo y yo al día siguiente, decidimos seguir con nuestro recorrido por la gran y hasta ahora preciosa ciudad Argentina, mañana teníamos nuestro primer concierto aquí, y era realmente emocionante, nunca había dado un concierto en LatinoAmérica...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mi equipo y yo al día siguiente, decidimos seguir con nuestro recorrido por la gran y hasta ahora preciosa ciudad Argentina, mañana teníamos nuestro primer concierto aquí, y era realmente emocionante, nunca había dado un concierto en LatinoAmérica, y empezar justo aquí, la idea me encantaba, estaba deseoso de ver la energía de la cual hablan muchos artistas cuando vienen aquí a dar diferentes actuaciones o conciertos. Estaba emocionado. 

—Andrew—Lo llamé el nombrado giró su cabeza en mi dirección para saber que quería, le sonreí apenado de no prestarle atención, cuando, él lo lo dijo—¿Dónde dijiste que estamos? 

Andrew bufó.

—En los parques de Palermo. 

Asentí, era un hermoso lugar. Gigante. Estaba mirando atento a los detalles del lugar verde, cuando una cabellera negra llamó mi atención, estaba lejos, y se iba alejando, pero creía saber a quien le pertenecía. 

—Ahora vengo—Avisé mientras me ponía a caminar a paso rápido, siguiéndola. 

La seguí una buena distancia dentro del gigantesco parque, ella se detuvo varios metros adelante, parecía que admiraba el lago, me pusé a su lado en silencio, intentando aparentar que también miraba el lago, aunque la estaba mirando a ella de reojo. La chica del obelisco.

—Voy a tener que ir con la policía si sigues siguiendome—Dijo ella sin mirarme, me causo un pequeño susto, no esperaba que ella fuera la primera que hablara.

—Lo siento, solamente te vi y tenía ganas de hablar contigo—Alcé los hombros con una pequeña sonrisa, ella sonrió a penas, luego, se dió la vuelta para verme.

— ¿Sabes que podría ser una asesina serial?—Preguntó con una ceja alzada— O peor aún, tú podrías ser un asesino. 

Reí levemente.

—Tengo en cuenta esas cosas, pero creo que no soy un asesino. 

—¿Puedo preguntarte de dónde eres? 

—¿Enserio no sabes quien soy? 

—Uhm, ¿No?—Contestó ella como una pregunta.

Sonreí mostrando mis dientes, ella estaba muy confundida.

—¿Tienes un celular?

—No te daré mi número de celular si es lo que pretendes.

—No te lo iba a pedir de todas formas—Le contesté burlón, ella rodó los ojos—¿Tienes internet? 

—Sí—Contestó—¿Qué quieres? 

—Busca Shawn Mendes en internet.

Ella me miró desconfiada, pero con cuidado, sacó su teléfono celular de su bolsillo de la chaqueta que traía puesta, se alejó un poco de mi para buscar lo que le había dicho, seguramente pensaba que era un ladrón. 

—¿Cómo dijiste que era el nombre?—Preguntó—¿Shaun Mendes?

—Shawn Mendes—Le corregí, ella asintió. 

Buscó lo que le dije, ella abrió los ojos de manera exagerada y comenzó a gritar como loca. Creo que no fue buena idea. 

—¡O por dios! ¡O por dios!—Gritaba sin parar a la vez que daba saltos con una sonrisa gigante. —¡Eres Shawn Mendes!

—No grites tanto, llamarás la atención—Le advertí. 

—¡Pero como no llamar la atención si estoy frente a Shawn Mendes! —Gritó de nuevo. Rodé los ojos fastidiado. 

Ella dejó de saltar y borró su sonrisa, confundiendome. 

—¿Quieres que te de un premio o algo?—Preguntó seria.

—¿Qué?

—Digo, nomás, como eres Shawn Mendes, un famoso cantante—Frunció los labios desinteresada, me lo creí totalmente. 

—Eres sorprendente, me lo creí totalmente. 

—Lo sé, soy genial. 

Reíamos ambos a la vez, Melissa me caía demasiado bien. 

—¿Ahora que sabes quien soy, me conoces?—Le pregunté retomando el tema.

Ella asintió. 

—Me gustan algunas canciones tuyas, sin embargo, creo que no estoy loca por tí. 

—Eso es bueno, mañana tendré mi primer concierto en toda la latinoamérica, y será aquí, me emociona mucho.

—Ni se nota—Dijo sarcástica.

Melissa me caía demasiado bien, además de que era muy bonita, tenía el pelo negro, la piel pálida, unos ojos verdes preciosos que al mirarlos, te hipnotizan, era alta, pero no más que yo, tal vez unos diez centímetros menos, era gracioso, porque para hablarme y verme a los ojos tenía que inclinar la cabeza  hacía arriba, y yo tenía que inclinarla para abajo. 

—Tengo que irme, pero Melissa—La llamé, ella me miró—Me gustaría que siguieramos en contacto. 

Ella me miró sorprendida, sin saber que responderme. Bajó la mirada, mirando el suelo bajo sus pies. Esperé pacientemente que me respondiera. 

—No creo que sea una buena idea Shawn, no me conoces y yo no te conozco en lo absoluto. —Ella estaba buscando una excusa, solo me gustaría saber porque—Somos unos desconocidos, y no puedes ir por ahí, buscando hacerte amigo de las personas, porque no todos son buenas personas, sobre todo en Argentina.

Fruncí el seño.

—Solo quiero ser tu amigo, hace mucho que no hablo con alguien y me divierto así, aunque solo fue una corta conversación.

Al final terminé convenciendo, ella me dió su número y la agendé. Luego, nos despedimos. 

—Adiós, Shawn.

—Adiós, Melissa.

Ella se dió vuelta y se quedó mirando a un grupo de chicas que nos pasó de largo, sin percatarse de nosotros, sonrió.

¡Chau Shawn Mendes!—Gritó algo en español con todas sus fuerzas y salió corriendo. 

El grupo de chicas se dió la vuelta y me vió. Salí corriendo con al menos doce fans detrás mío. Me estaban persiguiendo, si no me estuvieran corriendo, las complacería en al menos algunas fotos. Que alguien me ayude por favor. 



Argentina | S.M|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora