Capítulo 15

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Realmente me equivoqué, y ahora no se que hacer

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Realmente me equivoqué, y ahora no se que hacer.

Estaba sentada junto con Zoe, estábamos detenidas en una comisaria,  no le había dirigido la palabra desde que nos sentaron juntas en aquella patrulla de policía, ni siquiera quería mirarla. Realmente no me importaba lo que el mundo pensará de mi, porque llevo toda mi vida viviendo con el constante rechazo de todo el mundo, había aprendido que no importaba como las personas te vieran, si no, como se ve uno a él mismo. Pero en la casa, había alguien que estaba esperándome, la única persona de la cual si me importaba lo que pensará de mi, y ahora, no sabía que iba a pensar él de mi. Me había equivocado, y juro que no quería hacerlo. Nunca en mi vida me rebajé hasta este punto, y se siente horrible.  

Nos habían encerrado desde hace al menos seis horas, estábamos en una especie de celda pequeña, solo hasta que supieran que iban a hacer con nosotras.  Zoe estaba durmiendo en una silla, la miré de reojo, viendo que estaba durmiendo muy cómoda, mientras que yo no había podido ni siquiera descansar los ojos, me sentía demasiado culpable como para poder dormir, así que solo miré por una pequeña ventana toda la madrugada, viendo el amanecer y como las primeras señales de la vida comenzaban su día. 

La puerta de la celda, rechinó, me di la vuelta apenas para ver como un oficial entraba dentro, se paró, cruzó sus brazos, y nos miró fríamente a ambas. 

—Tienen derecho a una llamada.

Le pegué una patada bastante fuerte a Zoe en la pierna para que despertará, se levantó sobresaltada mientras se quejaba de la patada, no le di mi más mínima atención.  Me acerqué lentamente al oficial.

—Iré yo primero. 

El oficial asintió en un rápido movimiento de cabeza, salió de la celda y esperó del otro lado a que saliera, lo seguí y cerró la puerta con llave a mis espaldas, lo seguí de cerca hasta una oficina; Un escritorio, dos sillas, papeles ordenados sobre el escritorio y un teléfono sobre el escritorio.  Me acerqué al teléfono y marqué con nerviosismo el número del canadiense. Estaba aterrada.

—¿Hola?—Respondió con voz cansada luego de varios tonos. Mordisquié mi uña nerviosa.

—Shawn, hola...

—¿Melissa? —Preguntó confundido—¿Dónde estás? ¿Dónde estuviste toda la noche? ¡Estaba preocupado!

—Dos minutos.—Habló el oficial detrás mío. 

—Shawn no tengo mucho tiempo, escuchame.

—Adelante, quiero saber cual es tu excusa ahora. 

Suspiré.

—Zoe me engañó y robamos un supermercado. Estoy en la comisaría que está sobre la calle GrenVille.

Shawn cortó. 

El oficial me tocó el brazo y me regresó a la celda, Zoe salió y me quedé sola. Me senté en el piso con la espalda contra la asquerosa pared mugrienta. Esperé y esperé horas. Zoe había vuelto, seguíamos sin compartir ni una palabra, pasamos todo el día allí dentro, vi el sol salir y ahora lo veía ocultarse. Estaba comenzando a considerar si Shawn me había abandonado.

—Rodríguez y Spinozzo, fuera.—El oficial abrió la puerta de la celda, ambas lo miramos en silencio—Pagaron su fianza.

Lo que me venía ahora.

Ambas salimos, en la sala de espera estaba el castaño, junto a su mejor amiga, Camila. Me extraño verlos juntos, pero no quería pensar mal, solo eran eso, mejores amigos.

Shawn al verme, se levantó furioso hacia mi. Zoe pasó por mi lado sin siquiera decir un gracias y salió de la comisaría en silencio. Camila se acercó al lado de Shawn, al verlo tan enojado.

—¿¡En que diablos pensabas!? ¡Robar un supermercado! ¿¡Es en serio!?—Shawn me gritó, pegué un pequeño salto en mi lugar del susto. Lo miré asustada.—¡Tuve que dejar mi trabajo para venir por ti!

No sabía que decir, él estaba furioso, y yo asustada.

—Shawn, cálmate.

Camila tiró de su brazo suavemente y se inclinó susurrandole algo en el oído que sólo ella y él pudieron escuchar, los miré intrigada, al ver cómo Shawn se relajó con su toque, al susurrarle ya no se veía tan enojado, como el toque de la castaña lo había tranquilizado en un segundo.

—Tengo que volver al estudio, pero Melissa, en casa hablaremos—Shawn habló duramente, apenas me miró y salió del lugar dejándome sola, Camila me miró con una mirada de pena y salió detrás de él rápidamente.

Fue muy extraño, pero debía de ser solamente mi cabeza, a ella la conoce desde hace más tiempo, desde adolescentes y a mi desde hace meses. Debían de tener más confianza. Solamente era eso.

¿Verdad?

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