Capítulo 6

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Eran al rededor de las diez de la mañana, había tenido dos semanas con un clima muy lindo, bastante cálido

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Eran al rededor de las diez de la mañana, había tenido dos semanas con un clima muy lindo, bastante cálido. La había pasado  realmente genial en Argentina, pero, era hora de continuar con el tour. Hoy a  la noche me iría, y estaba algo confundido, Melissa me había estado ignorando los últimos cuatro días, y sinceramente no quería estar con nadie más que no fuera ella en el último día en el país.

No  sabía que podía pasar, si las cosas seguirán así cuando me vaya, o algo sera diferente, no sabía absolutamente nada.  Lo único es que quería es que Melissa dejará de ignorarme, ya tenia mis maletas preparadas, así que todo el equipo estaba descansando para poder abordar el avión al anochecer sin problemas. Intenté llamar a la castaña una vez más, el teléfono sonó un par de veces pero no contestó, debía de ser la octava llamada que le dejaba en la semana, eso me preocupaba un poco, así que decidir ir a su casa. Que me haya estado ignorando toda la semana, y que ella supiera que me iba a ir hoy, no era muy común, algo seguramente le habría pasado o ella no quería verme, pero aun así, no era razón para no darme una explicación. 

Toque su puerta levemente en dos golpes, espere unos segundos hasta que abrió, se veía sorprendida de verme, e incluso nerviosa, sonreí nerviosamente.

—S-Shawn—Murmuró sorprendida—¿Qué haces aquí?

Me crucé de brazos mientras fruncía el seño.

—No lo sé, dímelo tú. Alguien estuvo ignorandome toda la semana. 

Ella suspiró. 

—No puedo decírtelo. 

—¿Decirme qué?

—Me da muchísimo miedo decirle esto a alguien—Ella miró al cielo azul sobre nuestras cabezas mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos, luego me miró—Estoy asustada Shawn.

—No entiendo nada—Contesté con sinceridad y preocupación, la abracé intentando calmarla, ella me respondió el abrazo.—¿Qué sucede bonita?

Ella se separó y me miró.

—¿Caminamos?

Asentí y tomé su mano mientras caminábamos, me coloqué unos lentes de sol para intentar pasar desapercibido entre las personas, luego de un rato dejándome llevar por la castaña, se detuvo, pero no soltó mi mano.

—Es muy estúpido, pero me da muchísimo miedo de que me gustes...

—¿Tan feo soy?—Le pregunté con humor tratando de que nuestro ambiente cambiará y no fuera tan serio, ella sonrió.

—No, no es eso, eres increíble—Río levemente—Es que nunca nadie me había gustado, toda la vida las personas se portaban horrible conmigo, siempre por la clase económica en la que vivía, la ropa que usaba. Cuando iba a la escuela, los chicos y chicas me molestaban mucho, e incluso bromeaban con la muerte de mis padres, ¿Puedes creerlo? —Preguntó retóricamente.

—Que asco de personas.

—Ni me lo digas.

—Entonces, ¿Estás asustada porque nunca estuviste en algo con alguien?

—Si y no—Contestó a mi pregunta, acomodó su cabello hacía atrás—Me da miedo depender de las personas, porque al final siempre te terminan abandonando, y quedas destrozado.

En eso tenía razón. La besé suavemente intentando decirle que todo estaba bien, ella correspondió.

—Yo nunca te voy a abandonar. Lo prometo.

Ella sonrió sinceramente por primera vez en todo el día, eso me hizo sentirme estupendamente, había logrado que ella misma se sintiera mejor, siempre trataba de hacer eso con las personas, no soportaba ver a alguien triste, no cuando puedes decirle algo simple y alegrarle el día.

Puedes cambiar la vida de las personas en un instante.

Y aun así, a pesar de solo conocernos desde hace dos semanas, sentía que ya la conocía del todo, no me quería alejar de ella, creo que nunca me sentí tan apegado a alguien que no fuera parte de mi familia. 

—Se mi novia—Le pedí, ella de inmediato comenzó a reír, dejó de reír al ver que yo estaba serio. 

Banca, banca—Dijo en español—¿Dijiste que sea tu novia, o escuché mal...?

—Si, te estoy pidiendo que seas mi novia—La interrumpí, ella de inmediato frunció el seño. —No, no estoy loco.

Ella se acercó un poco.

—Shawn, nos conocemos desde hace dos semanas—Intentó hacerme recapacitar, pero estaba firme en mi propuesta—Además, te vas hoy al anochecer,  y probablemente no vuelva a verte en mi vida. 

—No, no, no, no digas eso—Tomé sus manos—Me iré hoy a la noche, cierto, pero eso no significa que no podamos seguir hablando, realmente me gustas, no quiero ser solamente tu amigo.

Ella soltó mi mano para morder su uña, estaba nerviosa, y notaba como se debatía en la locura que decía, estaba demasiado indecisa. 

—Vivimos solo una vez, y si me dices que no, te quedarás siempre con la duda de lo que hubiera pasado—Le  rogué—Pero entenderé si simplemente dices no, aunque yo también tendré esa duda para siempre. 

Ella suspiró pero asintió.

—Esta bien, acepto ser tu novia—Sonrió, sonreí, sonreímos. —¿Ahora qué?

—No lo sé, ¿Nos besamos?

Ella río acompañada de mis risas, cuando nos tranquilizamos la besé suavemente. 


Argentina | S.M|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora