Argentina | S.M|

Capítulo 23

¿Estaré haciendo lo correcto? ¿Estará bien que vaya a verlo después de no se cuantos años después de que me abandonará?

Tenía tanto miedo.

ꟷ¿De verdad no quieres que te acompañé? ꟷ Preguntó Shawn, aunque él castaño insistió mucho, siempre le dije que no.

Quería que él me acompañara, pero no podía, aunque estaba a punto de ponerme a llorar de la angustia que sentía en ese momento, no era lo mejor, tenía que hacerlo sola. Shawn no tenía porque conocer a ese hombre al que solía llamar papá, a ese que estuvo cuidándome y queriéndome cuando apenas podía recordar, a ese hombre que me solía leer en las noches cuando no podía dormir o tenía miedo. No servía de nada ponerme a recordar ahora, solo estaba haciéndome daño. No quería llorar frente a Shawn.

ꟷSería muy egoísta de mi parte pedírtelo Shawn.

ꟷNo es problema para mi, puedo ir y acompañarte.

ꟷTe amo, volveré pronto.

Besé cortamente sus labios, estaba temblando, él me sonrió a duras penas, sabía que también estaba nervioso, y lo ponía peor saber que yo no lo iba a resistir, que seguramente vaya a colapsar y él no estuviera cerca para contenerme. Siempre me odié por ser tan débil respecto a mis sentimientos, no podía evitar no sentirlos, pero a veces dejaba que los sintiera demasiado. Lo que no podía prometer, era que iba a estar bien cuando regresara, o si iba a regresar.

Después de tantos días, meses, semanas lejos de mi país de origen, nunca pensé en que iba a tener que regresar, es más, ya me estaba convenciendo en que jamás regresaría, y por mi, me daba igual, no tenía porqué regresar si no tenía nada por qué volver, pero ahora, si tenía un porque volver. No puedo evitar pensar en si lo mejor era que mi padre continuase muerto.

Tomé una pequeña maleta con lo necesario, no iba a quedarme más de una semana, mi castaño se encargó de reservarme un pequeño hotel que pareciera seguro, y yo busqué un pasaje de avión en modo turista. Odiaba tener que depender del dinero de Shawn y de Shawn para todo, se sentía horrible estar constantemente derrochando su dinero, pero ya iba a encontrar la forma de pagárselo. Aguardé en la sala de espera del aeropuerto hasta que tuve que abordar el avión, pude tener el asiento al lado de la ventana, encima, solo llevaba un libro que había comenzado a leer hace poco; Trataba sobre un grupo de chicos que tenían que resolver distintos problemas dentro de un laberinto, y a todo esto, estaba enamorada del coreano.

A mi lado, en el asiento del medio, iba un hombre adulto de al menos treinta años, no quería verlo mucho debido a que era de mala educación, y en la punta iba un señor mucho más mayor, debía de tener al menos sesenta. Traté de no prestarles atención en todo el viaje. Me compré algo de comer y dormí un poco. Cuando desperté, estábamos a punto de aterrizar, me coloqué el cinturón de seguridad, y veía como el avión bajaba poco a poco. Bajé las escaleras del avión con cuidado de no caerme, aunque me paré un segundo a admirar el aeropuerto de Ezeiza, no era nada del otro mundo, solo un aeropuerto más. Busqué mi equipaje y lo dejé dentro de la habitación de hotel. Estaba pensando si ya era muy tarde para visitar la prisión, eran las ocho de la noche, no tenía ni siquiera idea de a que hora eran las visitas.

Así que iría mañana, por ahora, solo quería descansar.

A la mañana siguiente había despertado muy temprano, me había costado dormir anoche, y ahora apenas pude comprarme un café. Estaba fuera de la prisión, eran las diez de la mañana, entré y en recepción estaba una mujer, parecía muy pequeña. Me acerqué con las piernas que parecía gelatina, sentía que moriría. La chica vió que me acerqué y sonrió amablemente.

ꟷBuenos días. ꟷSaludé primera, hasta me temblaba la voz.

ꟷBuenos díasꟷSaludóꟷ¿En qué puedo ayudarte?

ꟷ¿Los horarios de visita?

ꟷAhora mismo están habilitadosꟷRespondió de manera monótomaꟷ¿A quién quieres ver?

Sin quererlo, mi mirada se desvió hacía uno de los pasillos que iban para dentro, imaginándome, a mi papá detrás de las rejas, perdido, sin haberme visto en años. ¿Todavía pensaría en mamá? ¿Pensaría en mí? ¿Todavía me recordaría?

ꟷ¿A quién vienes a ver? ꟷRepitió la mujer impacientemente, recobré mis sentidos, y la miré afligida.

ꟷA nadie, lo siento.

Me di la vuelta y rápidamente me fui lejos de allí, estaba muy nerviosa, decidí que lo haría mañana. Llamé a Shawn. Sonó una vez, dos veces, a la tercera contestó.

ꟷ¿Hola? ꟷSu voz sonaba ronca, eran las nueve de la mañana en Canadá, seguro lo había despertado, sonreí sin quererlo.

ꟷHola amorꟷSaludé cariñosamenteꟷ¿Todavía en la cama?

ꟷSi, estaba cansado. Estaba preocupado, no me llamaste en todo el día ayer.

ꟷSí, lo siento. Ayer estaba cansada y apenas llegué y me quedé dormida.

ꟷ¿Recién te levantas?

ꟷNo, en realidad no pude dormir mucho. Estoy fuera de... Eso.

ꟷ¿Hablaron?

ꟷNo pude hacerlo todavía, no tuve las fuerzas para hacerlo, así que lo dejaré para mañana.

ꟷEsta bien, pero no lo vayas atrasando todos los días, y cualquier cosa, la mínima cosa, dime e iré corriendo.

ꟷCoshiendoꟷDije para luego largar una carcajada, Shawn no entendía.

Hablé con él unos minutos más, y decidimos colgar. Mañana lo haría, y esperaba poder tener la suficiente estabilidad mental como para hacerlo. Tenía tanto miedo.