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T W I L I G H T ' S L A S T G L E A M I N G
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Algunas cosas pasaron después de aquella traumante escena en la noche. Clarke y Bellamy decidieron ser los que ponían las reglas en el campamento, básicamente, se autoproclamaron líderes del grupo. Por lo que, esa misma noche, después de que Charlotte decidiera acabar con su vida, la rubia y el musculoso expulsaron a Murphy dejándolo solo en el bosque y con amenazas de que, si Bellamy lo veía rondar por sus alrededores, acabaría con él.
Por otro lado, cuando las cosas se relajaron un poco y el grupo había llegado al campamento, Monty y los demás intentaron contactar con el Arca mediante las pulseras que llevaban en sus muñecas. Aunque todo acabó siendo un desastre, pues todas las pulseras dejaron de funcionar.
Shailene no podía dormir aquella noche. Había sido muy ajetreada y era normal que no pudiera conciliar con el sueño. Decidió salir de su tienda de campaña para acercarse a la fogata que se ubicaba en medio del campamento. No había nadie fuera —a excepción de los voluntarios que vigilaban las puertas y muros del campamento—, por lo que Shailene supuso que los demás estaban descansando.
Cuando llegó a donde tenía previsto, se sentó en uno de los troncos que había junto a la fogata. Se abrazó a sí misma para entrar en calor, aquella noche hacía fresco y no le venía mal estar cerca del fuego. Y entonces, comenzó a asimilar todo lo ocurrido.
Pensó en Wells, en cuando culparon a Murphy y lo ahorcaron, cuando Charlotte confesó, cuando Murphy fue tras la niña, cuando Shailene encontró a Clarke y Finn para luego reunirse con Murphy y sus lameculos intentando ir a por Charlotte, quien estaba junto a Bellamy, también recordó cuando Murphy la tomó y puso un cuchillo en su garganta, y finalmente, cuando Charlotte se lanzó a aquel vacío.
La morena dejó escapar un largo y entrecortado suspiro a través de sus labios. Se mantuvo callada y reflexionando, hasta que, notó que alguien se sentaba a su lado.
Cuando volteó la mirada hacia su derecha, vio a un agotado Bellamy Blake que, de alguna manera, hacía compañía a la morena tras posicionarse en su lado. Bellamy ni siquiera habló, tan solo se quedó callado junto al fuego. Los dos estaban afectados por lo de la pequeña niña, por lo que, a Shailene no le importó la repentina apariencia del musculoso.
La ojigrís mordió su labio inferior y tragó saliva. Miró a Bellamy, quien se percató de esto y también la miró a ella, y entonces los dos se lo dijeron todo con la mirada. A los dos les brillaban los ojos debido a la tristeza, decepción y sorpresa que habían acumulado aquella noche.
—Charlotte no merecía aquello —murmuró dolida ella, aún mirando los marrones ojos de él.
Bellamy no respondió, tan solo agachó la mirada y asintió levemente. Shailene notó en él las pocas ganas de hablar sobre aquello, y en realidad, Shailene tampoco las tenía. Por lo que decidió no continuar hablando del tema.
