Capítulo 3

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Primero que nada, muchas gracias por sus votos, su apoyo y sus lindos comentarios, con estos hacen que me motive y así poder escribir más jijiji. Espero que disfruten este capítulo y me lo hagan saber a travéz de sus comentarios :)

Capítulo 3.

Había pasado un mes exacto desde aquél día que Madison le había relatado a su pequeña la historia de amor entre ella y Darren, desde ese día, no había pasado ninguno, sin que la pequeña Annie le pidiera a Madison el poder conocer a Darren, su padre. Madison recurrentemente trataba de desviar el tema, preguntando a su hija como había sido su día en el pre escolar, que quería para cenar en la noche, que había aprendido de nuevo en el día, etc. pero Annie había salido exactamente como su padre, cuando quería algo, luchaba por ello hasta que lo conseguía.

- Mamá, ¿te puedo preguntar algo?- Madison afirmó con la cabeza, tenía en sus manos los utensilios de la cocina para preparar la cena, hace dos horas había llegado del trabajo, y presentía lo que Annie trataba de preguntar, era lo que preguntaba todos los días antes de cenar, desde que le habló por vez primera sobre su padre.

- ¿Cuándo conoceré a mi papá? – definitivamente Annie no se daba por vencida.

- Hija ya hemos hablado de esto, tu papi vive en otro continente, ¿es que acaso yo no he podido ser una buena mami y papi a la vez para ti cariño?.

- Si mamá, pero mis compañeros del pre escolar tienen dos papi’s yo igual quiero tener dos, ¿por qué no puedo tenerlos a ambos, porqué no quieres que mi papi me conozca? – Annie hizo pucheros y Madison dio un largo suspiro.

- Es algo complicado cariño, algo muy complicado, no es llegar de un día para otro y decir “Hey Darren, cuando me fui hace cinco años de Inglaterra, se me olvidó decirte que estaba embarazada, pero hey, tenemos una pequeña de cinco años que quiere conocerte” ¿necesito pensarlo si?, realmente no puedo impedir que algún día lo conozcas, pero dame un poco de tiempo cariño, debería hacer algunas llamadas, conseguir boletos para Inglaterra, dejar mi trabajo en el Bufete por unos cuantos meses, sacarte de tu pre escolar, son muchos los efectos colaterales de esto, y si, trataré de todas formas poder contactarme con tu papi, realmente no puedo negarte el privilegio de conocerlo, solo necesito tiempo cariño, unos cuantos días, no puedo decirte en estos momentos “hace tus maletas porque nos vamos a Inglaterra”, pero si todo se soluciona puede ser que en unos días pueda decirte eso – Annie miró a su madre con una expresión de comprensión, si bien había entendido menos de la mitad de lo que su mamá le había dicho, algunas cosas esenciales le habían quedado grabadas “viaje, en algunos días, conocer a papá, Inglaterra”, y ella se conformaba con eso.

- Si mami, toma el tiempo que necesites, solo quiero conocer a papá, a mis abuelos, ver si me parezco a mi papi etc.

- Bueno, bueno – acarició la mejilla de su hija – haré algunas llamadas cariño no prometo como te dije antes que sea de un día para otro, pero trataré de que todo quede resuelto en unas pocas semanas y así podamos viajar tranquilas a Inglaterra.

- ¿En que ciudad de Inglaterra vive mi papi mamá?

- Supongo que en Londres cariño.

Y así terminó su conversación previa a la cena, Annie quedo completamente satisfecha, su mamá ya le había dicho que al fin podría conocer a su papá, a Darren, no podía pedir más.

A Madison todo se le complicaba, primero que nada ¿con que excusa dejaría su trabajo a medio camino en el Bufete Baker & McKenzie de Manhattan?, era uno de los mejores bufete de abogados del mundo, le había costado demasiado llegar a tener un puesto de trabajo allí, solo aceptaban abogados que hubieran egresado de cualquiera de las 8  Universidades adscritas a la Ivy League, por eso el prestigio del bufete, inclusive, el actual juez de la Corte Suprema había trabajado mano a mano con Baker & McKenzie durante sus primeros años de trayectoria como abogado. No era un trabajo al que se pudiera renunciar. Pensaba más bien pedirle a su jefe un traslado a las oficinas que se encontraban exactamente en Londres, y esperaba con todo su corazón que su jefe pudiera hacerlo, porque si es que no era así, se vería Darren en la obligación de ir a New York a conocer a su hija.

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