Espero que este capítulo les alegre el día. ¡Feliz navidad a todas/os, y espero sinceramente que la hayan pasado genial junto a su familia y amigos!
Capítulo 12.
Ya era casi medianoche, Madison le había dado de cenar a Annie, habían visto una película juntas y ahora la estaba acostando. La pequeña estaba tan cansada. Habían pasado día madre e hija en el parque y se lo había recorrido todo.
- descansa amor - besó la mejilla de su pequeña, le cerro las cortinas y la dejó caer en un profundo sueño. Annie tenía un sueño tan pesado, que ningún ruido era capaz de despertarla.
Se dirigió al salón donde se encontraba el televisor prendido. Agarró una manta, y se cubrió el cuerpo. El pijama que traía puesto no era el significado de abrigado, si no más bien era algo más veraniego. Debía ir a Victoria Secret a comprarse uno, ya que comenzaba la temporada de invierno en Londres. Se recostó en el sillón, vería una película antes de irse a dormir.
Darren por otro lado llegó como pudo al departamento donde ahora estaba Madison. Eran más de las doce, pero él estaba seguro que Maddie aún estaba despierta.
Subió las escaleras hacia la entrada del edificio a paso de hormiga, todo se le movía. El guardia al verlo en ese estado le abrió el ascensor amablemente y le ofreció ayuda, pero el muy obstinado no quería ayuda, quería estar lo más pronto con Maddie.
Buscó el ascensor, apretó el número 15, y cuando este ya había llegado a su destino, se dirigió al departamento 107, meditó un poco la locura que iba a hacer, tal vez Maddie lo mandara a la mierda, pero el necesitaba decirle que le mintió, que él seguía enamorado de ella.
Madison ya se estaba quedando dormida cuando el timbre sonó, bostezó y se levantó a abrir.
- ¿Darren? - vio a Darren parado apoyándose del marco de la puerta y con una sonrisa ladeada-¿Qué haces aquí a estas horas?- miró la hora en el reloj que tenía pegado a la pared –es casi medianoche-
- Necesito decirte algo muy importante Maddie - como pudo entró al departamento y cerró la puerta.
- ¿Estas ebrio? – él asintió - ¡por Dios Darren!, vienes ebrio al departamento, sabes que Annie está durmiendo.
- No haré mucho ruido, solo necesito decirte algo – Darren tomó de la mano a Madison y ambos se encaminaron al sillón.
- Y bien, ¿Qué cosa tan importante me quieres decir que no puede esperar hasta mañana? - ella se cubrió con la manta y puso los pies sobre la mesa.
- Mañana tal vez no tenga el valor de decírtelo, es ahora o nunca – Darren suspiró, y miró directamente a los ojos a Maddie, la chica de sus sueños - Te amo, siempre lo he hecho, no sé cómo mierda te fuiste y yo sigo enamorado de ti, eres la única mujer que ha robado mi corazón – vio como la chica dudaba, y se adelantó – y sé que estoy ebrio, pero te digo la verdad cariño, te amo demasiado, no hay día en el que no piense en un futuro junto a ti y Annie, y estoy confundido, no sé que hacer, quiero a Amber, pero te amo a ti.
- Darren, yo, creo que esto está mal. Tu estas a menos de cuatro meses de contraer matrimonio y vienes y me dices todo esto, no sé qué pensar – Madison trató de pararse, pero Darren no la dejó, la agarro de la mano y tiró de ella hasta que cayó en su regazo.
- Sólo pido que digas que me amas, como yo te amo a ti – Madison negó, esto era algo nuevo, se sentía confundida, ella lo amaba, pero también sabía que luego de haberse ido, había perdido la oportunidad de estar con él.
- Tú sabes muy bien que mi amor por ti nunca se ha ido. Annie es tu vivo retrato, y estos últimos cinco años lo único que hacía que me aferrara a este amor es esa pequeña. Pero sabes que estas mal Darren, estas ebrio, y no puedo creer nada de lo que me digas hoy, aparte tienes a otra mujer, y aunque no me lleve bien con Amber deberías respetarla. Esto está muy mal Darren. – No la dejó que siguiera hablando, le plantó un beso.
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Our love story
Lãng mạnA la tierna edad de seis años, Madison Pearson ya deseaba vivir el cuento de una princesa, esa historia donde al final de la tormenta el príncipe siempre estaría luchando por ella, amándola. Con el paso de los años, ella comprendió que la sociedad...