Capítulo 4

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 La imagen que se encuentra en multimedia es la de Elena. 

Capítulo 4.

Luego de la llamada hacia Elena, todo ocurrió muy rápido, a los cinco días luego de esta, Madison tuvo una reunión con los Señores Baker y McKenzie, dueños de la cadena de Bufete de abogados donde ella trabajaba, les había solicitado su transferencia hacia Londres, y realmente tenía suerte, uno de los abogados que trabajaba en la sucursal de Londres había solicitado su renuncia diez días antes, y el bufete Baker & McKenzie no había podido encontrar un abogado en la zona que trabajara especialmente en el área del Derecho Internacional, algo en lo que Madison estaba especializada. Para la compañía y Madison, fue ganar y ganar, ellos obtenían una buena litigante en el ámbito del Derecho Internacional en Londres, y ella podía ir al mismo junto a su pequeña Annie a que esta por fin se reencontrara con su familia paterna.

Por otro lado, en el pre escolar de Annie había quedado todo resuelto. Madison ya tenía los papeles en mano para que Annie pudiera trasladarse a uno en Londres. Todo iba mejor de lo que se esperaba.

Los días se habían pasado rápido, ya tenían los boletos en mano, y antes de que se cumplieran dos semanas de la llamada con Elena, Madison y Annie se encontraban preparando sus maletas, tenían menos de 24 horas ya que el vuelvo salía de Nueva York al día siguiente a eso de las seis de la mañana. Como era de esperarlo esas casi dos semanas que habían transcurrido, lo habían hecho junto a una Annie completamente ansiosa, por fin conocería a sus abuelos paternos y por sobre todo a su papi, alguien del que desconocía su existencia hasta hace poco.

- Hija, ¿podrías hacerme el favor de sacar tu maleta de tu habitación?, en dos horas debemos ya estar en el aeropuerto, y prefiero que lleguemos un poco antes cariño.

- Si mami, enseguida- Annie se dirigió a su habitación, cuidadosamente agarró la maleta y la arrastro por el pasillo hasta dejarla al lado de la de su madre.

- ¿Preparada? – Annie asintió y ambas agarraron sus maletas y partieron rumbo al Aeropuerto Internacional John F. Kennedy, de donde saldría su avión con destino a Londres.

El aeropuerto estaba lleno, siempre el flujo de personas en el Aeropuerto John F. Kennedy era elevado, pero ahora según una rápida mirada de Madison hacia el interior de este, era demasiada la gente que se encontraba, y recién eran las cuatro de la mañana. Ambas buscaron sillas, y un joven al ver a la pequeña le ofreció su asiento a esta, Madison le dio las gracias con una rápida mirada, y se acercaron a los asientos.

Annie estaba un poco incómoda, al borde de la ansiedad ¿su abuelita la querría? Esperaba que sí. Movió sus pies intranquilamente, Madison la observó, vio que su hija estaba tensa y prosiguió a preguntarle.

- ¿Acaso ya no quieres ir? – Annie tragó en seco, negó rotundamente y cambio la conversación.

- Mami, ¿Cómo es la abuela?

- Es una mujer muy simpática hija, de seguro te encantará pasar un tiempo con ella.

- Eso espero.

Luego de estar sentadas por media hora, ambas fueron a registrar las maletas, y a esperar que por alto parlante sean llamadas.

“pasajeros de la línea 3, con destino a Londres, favor de abordar el avión”

- Ya es hora Annie, ven vamos.

Madison y su hija luego de haber pasado por los trámites de Policía y control de seguridad abordaron el avión el viaje a pesar de haber sido de siete horas y media se les había hecho corto. Por las pequeñas pantallas instaladas en los asientos, daban “Frozen” y Annie gustosamente se perdió en la película, luego comieron para finalmente Annie caer en un profundo sueño, algo que Madison no pudo hacer, estaba tan nerviosa que el sueño no la vencía.

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