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Él lloraba, y el rubio lo consolaba en un cálido abrazo.

— ¿Parece que soy un problema hasta para Yaoyoruzu, no? ¿Los escuchaste hablar a ella y Midoriya hoy a la mañana? Dijo que no aguantaba más, quizás ya no quiera ser mi amiga.- Su mirada triste y cansada volvió a aquel rostro inexpresivo.

— Tal vez estás malinterpretando las cosas. Ella estará cansada de que tú sufras por eso...

— Quiero mudarme de país, uno en el que sea tranquilo vivir. Quiero ir con mi hermana a vivir con ella.- A Bakugou le dolió el corazón, pero no le dio importancia. Aunque usó una "excusa" (Más bien un consejo) para convencerlo de que se quede.

— Estarías escapando de la situación, no enfrentandola.

— ¿Y qué si quiero escapar?- No supo cómo responder, vaya que ese chico ya estaba cansado.

— Yo te voy a ayudar.

— ¿No era que me odiabas?

— Sólo me caes mal.- Dejó a Todoroki con una expresión de confusión. Cosa que le causó risa.

— Bastardo bobo. Vamos, que la tipa de pelo negro y Deku deben de estar llorando.

— ¿Hace cuánto me están buscando?- Se levantó sólo y le mostró la mano a Bakugou para levantarlo, pero éste lo ignoró, o más bien no se dio cuenta, y se levantó por sí sólo.

— Unas dos horas.- La cara de Shoto era para burlarse.

— Oh no...- Estaba pensando en lo que le harían los otros, o si Yaoyoruzu había llamado a su hermana para avisarle. O habría llamado a su padre... No, no lo creía a eso. Pero era probable, ya que él quiera o no, el era su padre.

– ¿Qué? No eres un niño.

— Para Yaoyoruzu tengo unos cinco o seis años.

— ¡JA!

— Tú no puedes decir nada, a ti Midoriya también te trata como un niño. Te pega con una chancla.- Se defendió, avergonzando al rubio.

— Ugh, puto.- Hizo un puchero.

[...]

—UGH, YA BASTA MIDORIYA-SAN, LLAMARÉ A LA HERMANA DE TODOROKI-SAN.- Momo estaba desesperada, ya llevaban como dos horas y media buscándolo, y nada. Además de que Katsuki no aparecía. Estaban en lugar donde no había absolutamente nadie.

— Y YO AHORA NO ENCUENTRO A KACCHAN, NO RESPONDE MIS LLAMADAS.- El peliverde estaba igual de nervioso. Casi llorando, al igual que Momo.

Y de repente, atrás de Yaoyoruzu, aparecieron el bicolor y el rubio, temerosos (Más el bicolor) de lo que podría pasar.

— ¡¡TODOROKI-SAAAN!!- Su amiga se abalanzó encima suyo, llorando mientras lo abrazaba.

— ¡KACCHAN!- El peliverde intentó abrazarlo, sí, intentó. Ahora, que en paz descanse nuestro Midoriya.

El rubio veía celoso la escena de el abrazo entre los otros dos. Tenía muchas ganas de alejar a la pelinegra, y patear la lejos de Todoroki. Pero como no tenía una razón para explicar lo que haría, no lo hizo.

— Lo siento, necesitaba pensar.- Se justificó con esas simples palabras.

— Por lo menos hubieras avisado.

— Y tú me hubieras avisado que le contarías a Midoriya todo lo que pasa...- La pelinegra levantó la cabeza con impresión.

— ¿E-Escuchaste?- Él sólo asintió.— L-Lo siento tanto, es que, ya no quiero verte sufrir. Escucho tus llantos casi todas las noches, siempre tienes ojeras de que no duermes, finges una sonrisa. Y nunca pides ayuda, por más veces que vamos al psicólogo... ¡NADA FUNCIONA!- Golpeó levemente el pecho del bicolor.— Nada...- Dijo con una voz quebradiza, cayendo al suelo de rodillas.

— Lo siento...- Se sentó de rodillas como su amiga, abrazándola.

— No buscas ayuda de forma directa, lo haces, pero la gente no se da cuenta. ¿No ves que estás viviendo mal? ¡Esto no es vivir! Es... Muy triste, y sé que debe serlo mucho para ti, e intento ayudarte. Pero soy una inútil Todoroki-san, necesitas a alguien mejor.

— Tú eres la mejor amiga que siempre pude tener Yaoyoruzu.-  A Momo le brillaron los ojos.

— Ugh, tonto.- Le sonrió de forma cansada.





su música me gusta ; todobakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora