El agradecimiento fortuito que se calla pero que empapa el alma con felicidad es sin duda uno de los placeres de la vida. Mi mente se nubla al momento de hablar de mi ser, mi individualidad e incluso las palabras declaran huelga pues no puedo darle el mérito o la sentencia a mi propia existencia. Soy un producto sin misterio en la nueva era, una cifra deudora de la vida, un garante en las querellas de malas decisiones y la luz de mis seres amados. La existencia sufre bruscas metamorfosis pues en parte se viste de seda y glamur mientras que en su extremo decayente se viste de harapos y miserias, no reniego de la mía pues por bondades del destino me encuentro en el punto medio. No puedo autocalifocarme ni describirme, y agradezco la compañía pasajera que me obsequio la frase en la que encierra mi ser "tu mente esta llena de cultura pero tu corazón tiene vacíos emocionales".