Soy aquel rebelde que se aleja de la parbada para buscar nuevas emociones a través de nuevas experiencias, no importa lo lejos que deba viajar ni los obstáculos que se presenten porque la recompensa justifica el sacrificio. Así pues aventurero te busqué guiado por la esperanza y una fe ciega de ver mi reflejo en tus ojos. Emocionado al igual que un navegante al tocar tierra después de meses me sentí encerrado en el éxtasis de mis emociones pues dentro de mi explotaban fuegos artificiales sonrojando mis mejillas al verte sonreír mientras me perdía en el universo de tus ojos y me volvía el fanático religioso más devoto pues agradecía a todos los dioses la creación de esa obra de arte. Es irónico como las nuevas experiencias generan sensaciones inexplicables aún cuando ya lo has vivido. No quiero ahondar mucho pero la calidez de tu mano es tan reconfortante como la fogata de un campamento, aceptaría gozoso la condena de mis errores si los barrotes de mi celda son tus brazos. Soy como un niño explorando un nuevo mundo pero solo son las migajas de tu infinito universo. Si tu sonrisa y compañía son la recompensa a todo lucharé cientos de guerras civiles, navegaré en balsa todos los océanos, contaré los granos de arena de todos los desiertos del mundo o me deshidrataría una vida entera si al final pruebo el elixir de tus labios. Inicio de nuevo desde cero desde un simple saludo hasta la cruel despedida, desde un beso en la mejillas hasta el abrazo, desde la soledad a tu grata compañía, desde perderme hasta encontrarte, desde tu llanto hasta tu risa, desde el papel en blanco hasta la más hermosa de las historias. Si al final estás tú por siempre estaré yo.