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Si estás dispuesto ha segar el panorama de la existencia y la variedad de realidades solo para mantener la homeostasis de tu al rededor déjame sacarte de tu incrédula visión, déjame citar el ser de la plebe, déjame guiarte por el camino de la desgracia, malas decisiones y la metamorfosis de la ignorancia a la condena de miradas de repudio y poca aceptación. Es solo una triste realidad de la generación Y, visualiza a cinco infantes los cuales el destino unió para ejemplificar que en los caminos de la vida puedes dirigirte por una tormentosa autopista, una calmada avenida o ir ligero a ningún lado sobre la acera. Ellos compartieron toda su infancia entre risas, llantos y raspones en las rodillas, niños a los que terceros no se atrevían ha ayudar, ni ofrecer palabras de aliento, y no es que lo necesitaran, pero era obvio que su presencia incomodaba ha aquellos de trajes y vestidos elegantes, nadie imaginaba que a pesar de su edad su alma de niño se había perdido hacia ya mucho tiempo, que tras su corta existencia tenían heridas tan grandes que a veces ni los adultos toleraban. El primero fue atacado por un espíritu oscuro de experimentador, de aventurarse ha acumular sensaciones, experiencias y moretones, se perdió lentamente en la satisfacción inexistente del éxtasis que provocan los estupefacientes y ha marcar permanente con cicatrices su piel tras enfrentamientos de grupos rivales en los cuales contadas ocasiones lo llevaron al limbo y al pronóstico incierto de conservar o no su vida. El segundo fue un actor por excelencia y un bohemio empedernido, tampoco rechazó las oportunidades a nuevas experiencias, siempre sonriente y animando al grupo a ver el lado más positivo de la vida, a sonreír incluso en ocaciones fúnebres, era de aquellas personas las cuales contagiaba una vibra tan positiva que aparentaba que la tristeza y él era semejantes al agua y al aceite, en la última noche entre risas a carcajadas y licor remojante en los labios se despidió y bajó el telón, pero tan cruel fue la realidad que a la mañana siguiente al alzarse el telón a un nuevo día sus camaradas se enteraron que de manera intencionada había decidido separar su alma de la prisión de su cuerpo, sin explicación, sin dar pistas, sin comentarlo y al final todos decidieron respetarlo a él y a su decisión. El tercero huérfano a pesar de conocer a sus progenitores, pero cómo llamarlos progenitores si rechazaban su existencia, lo condenaron al olvido y a ser un errante desde su infancia, rebelde por excelencia e indomable como las bestias salvajes, cuando el terror se apoderaba de él no había mejor lugar de confort que la llanura que crece bajo un puente en el cual lo único que le otorgaba calor eran sus propias lágrimas, un solitario, un roto, un infeliz al cual aquellos que llevaban su sangre lo repudiaban y le dieron mala fama y sin nadie a su lado se volvió un parásito a la vista de la sociedad y ante sus propios ojos se volvió un completo desconocido al cual repudiaba aún más, y ahora va de aquí hacia ya, sin rumbo, sin destino pero acompañado de la Soledad. El cuarto se volvió un antipático total, extinguió toda fuente de empatía tras varios golpes, ahogado en licor y consumido las alucinaciones  forjó un carácter duro e inquebrantable, se rodeó de compañías variadas porque en la mañana podías encontrarlo compartiendo whisky enfundado en un traje, en la tarde encapuchado y siendo el comerciante principal de la decadencia y en la noche con la oscuridad como cómplice podía estar bañando sus nudillos en sangre o sacando información a un pobre infeliz que tenía la mala suerte de hacerle una mala jugada, un caballero ante sus amistades más cercanas, un loco ante enemigos y alguien de tener ante desconocidos. El quinto solo es un infeliz más, un deprimente que al igual que todos se droga para darle amnesia a su existir, compañero de la miseria y de falacias construidas, de una armadura dura e inexpresiva pero con un portador frágil, inútil y en cual fue salvado por todos en una reunión ocacional al mencionar "Tú y  nosotros parecemos mucho pero hay una gran diferencia, tú tienes sentimientos" palabras inmortales las cuales lo salvaron de la condena pero lo posicionaron en el sendero infinito de la depresión, la esquizofrenia y tortura mental. Esta es la realidad de la otra cara de la moneda, el punto más bajo de las pirámides sociales, la oscuridad de los hoyos, el barro bajo el cemento. La antítesis total de palabras necias "uno sabe lo que hace". Encerrados en su castillo y realidad de libro de hadas que creen que la decadencia es decisión propia y no una condena. Románticos repugamates sobre mendigos de oro.

INFINIDAD Where stories live. Discover now