Hablar de ti siempre me parece un deleite ahora más que nunca que en mis brazos pude tenerte, acariciar tu piel me parecía tan hermoso y esos nervios que sentía al reflejarme en tus ojos. Tomé tu mano para recordar lo asombroso, me sonreiste y en ese instante me sentí más dichoso, te abracé y volví al pasado porque te besé como muchas veces lo había deseado, acaricie tu cabellera y lentamente descendía mi mano. Te noté temerosa, me alejé despacio, noté que tenía una diosa con la que viajaría al espacio, las ropas se desprendían y caían junto al ocaso. Yo exploraba tu cuerpo y tu el mío, los dos encendimos el fuego y extinguimos el frío, la pasión solo se expresaba entre suspiros y me enamoraste aún más cuando me dijiste "solo en ti confío" y esos sonidos excitantes, sobre mí fluía un río, tu eras la cascada y yo un navegante errante. En el norte dos montañas en las que quería ocultarme y ya en la cima me animaban a explorarte, me sentí un arqueólogo porque descubrí un tesoro y un poeta porque podía escribir los sueños que añoro. No quiero que esto termine y los deseos carnales fulminen porque ser el complemento de tu cuerpo es sublime. La obra más hermosa de teatro se abrió el telón y el clímax llegaba desde abajo y si no lo sabes te lo digo por si acaso nuestras almas se unieron desde el primer abrazo y ahora son una sola después de consumar el acto. Podría caminar al lecho de mi muerte luego de haber hecho realidad lo que tenía en mente, acariciar tu cuerpo y proclamarte arte viviente. Por un instante tuve el derecho de impregnarme de ti sin detenerme yo era el techo y te alojaba como la última sobreviviente. ¿Sabes a qué me recuerda tu esbelta figura? A las obras más hermosas de literatura en la que se expresa hermosa y pura, y yo el caballero que lucha por años con locura intentando robar tu sonrisa con dulzura. Eres la parte de mi historia que no quiero finiquitar tan jóvenes como Daniel Sempere y Beatriz Aguilar, o guardandote en mi pecho mientras el tiempo avanza como una ilusión que mantiene viva mi esperanza como Florentino Ariza espera a Fermina Daza, ahora entiendes lo que siento cuando los cuerpos se aman, es unirse en una danza donde la piel arde por una pasión desenfrenada, es la parte que se omite en los cuentos de hadas y lo disfrutas bajo la noche estrellada.
