005;

686 104 27
                                    

Sus pies tocaban el claro agua del oceano casi sin ser escuchado y el viento permitía que su pelo fuera hacia atrás.
Era una de aquellas tardes bien recibidas, donde ella podía respirar tranquila y sentirse segura, donde podía sentir los pájaros, donde las mariposas acudían a su alrededor.
Era tan tranquilo...solo una tarde.
El va y ven de las olas era relajante a su parecer y trató de respirar hondo, sintiendo una sonrisa en su rostro, acababa de liberarse, ser feliz era su prioridad.
Y cuando una mano agarró fuertenente su muñeca, entonces despertó.
Sus ojos se abrieron rápidamente y notando la falta de aire notó unos ojos posados sobre ella. Había empezado a respirar con dificultad, había sin querer soltado algunas lágrimas y sentía su cabeza dar vueltas.
Una mano, casi inperceptible se posó sobre la suya y el azabache a su lado se levantó algo asustado, conectando su mirada con la suya.

No se había percatado hasta que la había oido gritar. Sus ojos la recorrieron y después su mano apretó ligeramente la suya, sintiendo como temblaba, el miedo que sentía y cómo parecía sentir que no podía respirar.

Y mierda que no sabía que hacer.

—Lisa— susurró Jungkook a su lado, mirando su garganta, observando su respiración y sabía en ese momento que se estaba ahogando. —Lisa, eh, Lisa, tranquila...tranquila, ¿vale? Ha sido una pesadilla...— comentó el contrario, destapando a la chica y elevandola un poco, tratando de que se alzara y Lisa cerró sus ojos, se había mareado. —Ha sido una pesadilla...

Aquella noche había sido fatídica para la chica, no había dormido, no había parado de sudar y se encontraba peor de lo que parecía, por lo que a las seis de la mañana se levantó para sentarse en la mesa de la cocina.

¿Qué le había pasado esa noche?

No lo sabía, las arcadas habían llegado a ella en cuanto había probado un bocado y había empezado a llorar. Estaba estresada, sabía que esto no iba a acabar bien y en ese momento, cuando apartó su flequillo de la cara, cuando recordó que Jungkook dormía en la misma cama, a su lado, su cuerpo se encogió, porque no. Era imposible. No lo aceptaría.
Se levantó, tan rápido que apagó la luz y se dirigió al salón, cogió su móvil y marcó a Rosé.

Probablemente seguiría dormida, seguramente no le cogería la llamada, pero necesitaba oir su voz, que le dijera que todo iba a estar bien. Que no tenía por qué preocuparse. Que estaría a su lado y que le sonriera.
Dios.
Su mundo se había venido abajo, casi sin darse cuenta que su vida no había acabado y quiso morirse en el momento que Rosé cogió el teléfono.

—Rosie, necesito tus consejos, necesito que me digas que todo va a estar bien y—

—¿Lisa?

Oh, vaya.

—¿J-jimin? — preguntó, al borde de las lágrimas.

Su voz se había quebrado ya y no quedaba más que unos ojos brillantes a la vista, porque ya casi no le quedaban lágrimas para nada.
Cuando el azabache apareció por el pasillo, abrió sus ojos y tragó saliva mientras trataba de colgar.

—T-te llamo después. — tartamudeó antes de colgar.

Cuando Jungkook la miró, supo que algo le pasaba, pero no tenía interés en preguntarle, sabía que no se lo contaría de todas formas, no sabía como  abordar a Lisa, pero si sabía que parecía intimidarla, y en cierto modo eso le gustaba. Porque era su mujer, y debía saber que él tenía derecho sobre ella.

—¿Con quién hablabas? — preguntó, subiendo su tono. Y entonces recordó esa misma noche, cuando vió a la chica al borde de un ataque de ansiedad, y esperaba que no se volviera a repetir.

—N-no importa. — contestó, se levantó y recogió su pelo para pasar delante del chico dirigiendose a la cocina en busca de algo que servir para el desayuno.
Una vez había estado servido el chico empezó a desayunar, y al verla de pie, observando algo con la mirada perdida decidió dejar el tenedor sobre la mesa y conectar su mirada.

—¿Lisa? No quiero que se vuelva a repetir lo de ayer.— la chica levantó su cabeza, asombrada y luego volvió a agacharla para asentir. Dios. Había sido vergonzoso, ¿de verdad merecía la pena?

[...]

Jungkook se había marchado a trabajar, Rosé la había llamado y no había servido para nada ya que le había colgado casi al instante y sintió como todos la apartaban. Como cada uno tenía una vida, incluso Jungkook.
El fin de semana había practicamente dormido sola y cuando su mano se alargaba hasta el lugar donde debería estar el chico lo descubrió vacio.

Tal vez había sido el trabajo, tal vez había salido con sus amigas. Pero no había reconocido como suyo el sujetador que había encontrado en su bolso del trabajo. Su mente se había colapsado unos minutos, y cuando había hablado con él, lo negó todo. Le gritó que se estaba volviendo loca, que no la había engañado y que ese sujetador era suyo, que no se enteraba y que debía prestar más atención, entonces el golpe llegó a su mejilla. Dios. Había dolido tanto...había pasado días poniendo hielo en esa parte y se preguntaba que qué le había hecho. ¿Había hecho algo mal?

Nothing but a woman [L.M & J.JK] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora