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Su energía se había ido cuando el chico le había propuesto salir a la calle, a dar un paseo tranquilo con él y no tuvo más opción que decir que sí.
Y ahora, su mirada puesta en ella misma, en el espejo, su forma, su forma no era la adecuada, no era tan estilizada como la de la mayoría de las chicas aunque hiciera una dieta estricta para eso.
Su pelo le llegaba por debajo de los hombros hasta la mitad de la espalda y muchas veces había oido como el chico lo acariciaba, como le decía que ese pelo era lo mejor, porque podía aferrarse a él siempre que así lo deseara. En ese momento, con esas convers negras, un pantalón corto y una blusa blanca decidió que estaba lista para salir. Y mierda que los nervios la comían por dentro.
Mordió su labio interior y cuando escuchó la voz del chico anunciando su salida corrió hasta la puerta para alcanzarlo, cerrando detrás de él.

[...]

En ese momento todo iba bien, sus manos estaban unidas, una ligera sonrisa se encontraba en el rostro de la rubia, observando como el chico ni siquiera se molestaba en observarla.
Porque para Jeon era perder los nervios, verla así vestida, con gente mirando a su alrededor, la quería solo para él. Nunca había aguantado que la miraran más de la cuenta, nunca había soportado que otra persona la tocara, eso solo podía hacerlo él.
En la universidad, en sus primeras citas le había metido una paliza a más de uno por haber intentado llamar su atención. Parecía un psicópata pero, joder, Lalisa Manoban para él era como un tesoro, aunque siempre se dejaba llevar por la posesión. Porque imaginarla en la cama de otro, imaginarla sintiendo cosas por otra persona, le volvia loco.

Era suya.

Al cabo que iba pasando la mañana sus manos se apretaron más cuando entraron al centro comercial, porque a Lisa siempre le había gustado ir de compras incluso cuando sabía que no podía comprar nada. Siempre había venido con ella de compras en la universidad.

Entraron en tantas tiendas en poco tiempo que perdió la noción del tiempo y solo le concedió entrar en una tienda más. Porque ya se había cansado. Ver toda esa ropa, tan corta y pensar que Lisa alguna vez podría llevarlo, salir a la calle con eso era como tirarse a una piscina llena de tiburones a su parecer. Solo podía haber una Lisa que llevara eso. Una Lisa tirada en su cama, suplicando por él.

—¿Qué te parece esto?

Los ojos de Jeon se fijaron ahora en ella. Una camiseta de tirantes, negra y con bordados se apegaba al cuerpo de la chica, estilizaba tanto su cuerpo que creyó que sus ojos no soportarían todo ese tiempo, su cadera ahora parecía otra y sus pechos...

—No me gusta. — y aunque pareciera mentira así era. No quería que saliera con eso a la calle.

Vió como el rostro de la chica parecía otro, ¿tan dificil era encontrar algo que le satisfaciera?

—¿Qué tiene de—

—¿Te apetece ir vestida como una puta? — cortó el chico, algo más alto de lo que debería haberlo hecho, llamando la atención de una de las chicas que se encontraba sentada esperando fuera en los taburetes.
—Bien, yo no quiero que mi mujer sea una expuesta ni mucho menos que llame la atención de otro. Por dios, Lisa, practicamente vas desnuda, no llevas ni sujetador. — protestó el chico. Reconoció que se había dejado llevar, pero no había podido evitarlo, porque no quería dejarla a la vista de nadie, y estaba claro que si no podía obedecerle no podía salir. Iban a volver a casa inmediatamente y se lo haría saber.

Lisa se mantuvo callada en todo momento, ¿tenía razón? ¿tanto enseñaba con esa camiseta? ¿tan malo era?
Sus ojos vagaron por su camiseta lentamente con una mirada decepcionada y escuchó al chico decir que se iban, se había sentido mal, se había sentido inútil hasta para saber lo que le gustaba al chico.
Su labio había empezado a temblar y sabía que haría lo que fuera por no llorar, porque dios, que vergüenza, delante de todas esas personas, cuando ahora Jungkook se había ido unas manitas se posaron en sus piernas y miró hacia abajo con confusión, observando a una pequeña criaturita sosteniendo una pulsera.

—Señorita, se le ha caido esto— consiguió pronunciar la pequeña. Sin embargo Lisa no sabía que decir, se había quedado en blanco.

—Gracias...

—No merece la pena.— las palabras habían salido tan fluidas que Lisa se giró para encontrar de donde había provenido y divisó a una chica a su lado, sosteniendo un chupete y entonces se dió cuenta de que era su hija. —No te merece la pena sufrir y tragar todo esa..."situación" por él. — aclaró la chica, y tras su consejo sonrió a la chica y empezó a caminar en sentido contrario.

Una vez había dejado la camiseta en su lugar y había salido de de la tienda se había encontrado con Jungkook esperandola delante y sin gesticular una sola palabra supo que no le había sentado nada bien.
Caminaron hasta llegar a casa en silencio gracias a la tensión en el cuerpo de Lisa, porque cada vez que miraba al chico veía en sus ojos una furia, furia que pagaría con ella en cuanto cruzaran esa puerta. Porque se había portado mal.

Rezó todo lol que sabía en el ascensor hasta pasar la puerta, la cuál en cuanto se cerró dejó que resonara por todo lo alto y vió como el chico tocaba su pelo.

Empezó a caminar hasta la cocina para poder tomar un vaso de agua y se centró en esta. ¿Sería posible que todo fuera más rápido? Que ni siquiera ella se diera cuenta de lo que estaba pasando. Y entonces se dió cuenta de que se estaba ahogando.

Una mano agarró su muñeca y la obligó a caminar, su pelo se movía de adelante hacia atrás y había empezado a ponerse nerviosa.

Supo que no debía decir ni una palabra cuando llegaron a la habitación, cuando su mano se deslizó por su cara  y empezó a hacer circulos sobre sus labios, tratando de bajar sus manos por donde fuera, Lalisa solo podía pensar que quería que parara.

No soportaba que sus manos recorrieran su cuerpo por mucho que lo necesitara.

No soportaba sus besos.

No soportaba que la tocara.

A cada beso, cada caricia sus músculos cada vez se tensaban más y no podía evitar pensar que eso era lo único para lo podía valir.
Sintiendo como cada embestida acababa lentamente con ella, como cada toque, cada suspiro.

Solo servía para complacerle.

Eso era lo único para lo que servía.

Nothing but a woman [L.M & J.JK] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora